Aparte de títulos que ya hemos comentado y recomendado aquí, como Robot Dreams o La Sociedad de la Nieve, la cartelera navideña no deja de animarse. Y en Revers os queremos proponer cinco títulos que llegan estos días a las salas de cine y a las plataformas, y que haréis bien tenerlos marcados en vuestras agendas. Un musical, dos insólitas historias de amor, un biopic sobre una celebridad del mundo de la música y una sátira sobre la lucha de clases forman parte de nuestra selección. ¡Feliz Navidad y buen cine!

5 estrenos de cine que no os podéis perder esta Navidad

1. Wonka

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Timothée Chalamet es el inspiradísimo protagonista de Wonka

Ya la tenéis en los cines, y encabezando el top 10 de películas más vistas desde su estreno, el pasado día 6 de diciembre. Sin embargo, si todavía no la habéis visto o si dudáis, desde aquí os damos el empuje que necesitáis. Ya llevada a la pantalla en Un mundo de fantasía (Mel Smith, 1971), con Gene Wilder como protagonista, y a Charlie y la fábrica de chocolate (Tim Burton, 2005), con Johnny Depp, el fabuloso e icónico cuento de Roald Dahl encuentra una sorprendente reimaginación en forma de precuela musical. En Wonka nos explican los orígenes de aquel excéntrico personaje antes de que el cinismo se apoderara de él. La película nos explica cómo un joven Willy Wonka llega a una ciudad dispuesto a abrir una tienda de chocolatinas, enfrentándose, sin saberlo, al monopolio de las fuerzas vivas de la villa. Los obstáculos con los cuales se encontrará chocan con su ingenuidad y buena fe.

La película es un festival de luz y color, que se inspira en los universos creados por Roald Dahl pero también en Sweeney Todd o en las fábulas de Frank Capra

Dirigida y escrita por Paul King, responsable de las sensacionales dos entregas de Paddington, la película es un festival de luz y color, que se inspira en los universos creados por Roald Dahl pero también en Sweeney Todd o en las fábulas de Frank Capra, fundamentalmente en Caballero sin espada (1939), quizás la gran referencia con respecto a historias de hombres comunes contra los poderes establecidos. Con un inspiradísimo Timothée Chalamet (Call Me By Your Name) en la piel del protagonista, Wonka sabe jugar muy bien sus armas: por ejemplo, un reparto que incluye grandes estrellas del audiovisual británico, como Olivia Colman, Rowan Atkinson o un enorme Hugh Grant que, en la piel de un oompa loompa, demuestra que vive una feliz segunda juventud. Todos ellos están fantásticos, como también lo son las magníficas y alegres canciones compuestas por Neil Hannon (el líder de The Divine Comedy). Wonka mira atrás con respeto, pero reinventa sin complejos para conquistar pequeños y grandes.

2. Fallen Leaves

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Fallan Leaves es una de las mejores películas de este año que se acaba

Con su nueva película, una de las mejores de este año que se acaba (y que llega a las salas el próximo día 27 de diciembre), Aki Kaurismäki ofrece un humanista cuento de amor marcado por las casualidades y litros de vodka que, es, también un firme alegado en favor de la dignidad de la clase obrera. De alguna manera, el cineasta finlandés amplía su conocida Trilogía del Proletariado (Sombras en el paraíso, Ariel, La chica de la fábrica de cerillas) para regalarnos una love story llena de poesía y de melancolía, con risas liberadoras y alguna inevitable lagrimita, precariedad laboral y reivindicación social, y un puñado de preciosos homenajes al cine de Charles Chaplin y, concretamente, a Tiempos modernos. La cinefilia de la película no acaba aquí, y una de sus mejores escenas hace una simpatiquísima guiño a Jim Jarmusch y al cine de zombis.

Aki Kaurismäki ofrece un humanista cuento de amor marcado por las casualidades y litros de vodka que, es, también un firme alegado en favor de la dignidad de la clase obrera

Fallen Leaves nos explica la relación que nace, entre las paredes de un karaoke, entre una repostadora de supermercado y un obrero de la construcción alcohólico. La premisa podría ser una red flag que nos conduce hacia la tragedia, pero Aki Kaurismäki da un giro de volante y nos regala una atípica y luminosa comedia romántica que, a ritmo del Mambo Italiano (en una sorprendente versión en finés de la canción que popularizó Dean Martin, interpretada aquí por Olavi Virta), tiene también un comprometido mensaje político en favor de la dignidad de los menos favorecidos por la vida. Y, en este sentido, tampoco son gratuitas las alusiones a la Guerra de Ucrania. Con una expresiva apuesta estética, apoyada en un fabuloso diseño de producción que, a veces, parece suspender la acción en algún momento indeterminado de los años 50 o 60 (aquellas radios, aquellos muebles), Kaurismäki ofrece toneladas de ternura con una película que llega con el aval del Premio del Jurado al último Festival de Cannes. Una joya.

3. A fuego lento

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Juliette Binoche y Benoît Magimel, química a fuego lento

La primera escena es toda una declaración de intenciones: un elegante plano secuencia de más de media hora convertido en una perfecta coreografía donde los protagonistas se pasean por una cocina elaborando un menú para los invitados donde el plato principal es el pot-au-feu, un guiso tradicional que pertenece la familia de la escudella o del cocido. El cineasta franco-vietnamita Tran Anh Hung (El olor de la papaya verde) apela a los sentidos de un espectador que empieza a salivar, especialmente en un olfato que se dispara viendo los fogones y las cazuelas, las verduras y la carne, la mantequilla y la harina, el humo del chup chup. Situada en la Francia de mitad del siglo XIX, A fuego lento no es solo una oda al disfrute, una carta de amor a la cocina tradicional. También habla del dolor de la pérdida, y también explica la relación que se establece entre un gastrónomo (inspirado en la figura de Jean Anthelme Brillat-Savarin, uno de los primeros estudiosos del arte culinario y autor del primer tratado gastronómico que se publicó, Fisiología del gusto) y su cocinera.

A fuego lento es una delicada sinfonía que invita a lamerse los dedos, y que conviene ver con el estómago lleno o con una reserva en un restaurante próximo al cine, porque despierta el hambre. Pero también las emociones de un público que pronto se entrega a las idas y venidas sentimentales de los protagonistas

Ya en la cartelera, A fuego lento es una delicada sinfonía que invita a lamerse los dedos, y que conviene ver con el estómago lleno o con una reserva en un restaurante próximo al cine, porque despierta el hambre. Pero también las emociones de un público que pronto se entrega a las idas y venidas sentimentales de los protagonistas, interpretados por Juliette Binoche y Benoît Magimel (el cónsul de camisas de colores chillonas del Pacifiction de Albert Serra). Su innegable química, tanta que fueron pareja en la vida real hace dos décadas y tienen una hija en común, sus miradas, sus silencios, los pequeños gestos, marcan el paso de esta propuesta sensorial y exquisita, que pone el foco en el trabajo hecha con cuidado y dedicación, y que acoge al espectador con un abrazo.

4. Maestro

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Maestro, Bradley Cooper desencadenado

Por fin ha llegado a Netflix, con un brevísimo paso por las salas previo, una de las grandes favoritas en la próxima edición de los Oscar. Después de Ha nacido una estrella, el segundo largometraje de Bradley Cooper detrás de la cámara retrata la figura de Leonard Bernstein, icónico director de orquesta y también compositor de obras como West Side Story u On the Town. La película pone el foco en la convulsa relación entre el músico y su mujer, Felicia Montealegre; en su narcisismo y en las conocidas contradicciones del personaje: las creativas y, sobre todo, las sentimentales, en una perpetua lucha interna entre el amor que siente por ella y su indisimulada homosexualidad.

Muy elegante en la puesta en escena, en las elipsis temporales, en la composición del plano, en el uso del contrastado blanco y negro para las escenas situadas en los años 40 y de los colores saturados cuando la acción avanza en el tiempo

Muy elegante en la puesta en escena, en las elipsis temporales, en la composición del plano, en el uso del contrastado blanco y negro para las escenas situadas a los años 40 y de los colores saturados cuando la acción avanza en el tiempo, Maestro se entrega a una ambición formal que hace pensar en un Bradley Cooper poseído por el espíritu del egocéntrico Bernstein. A pesar de su exhibición de recursos como cineasta, el filme no consigue escapar de los clichés de los biopics. Pasa un poco lo mismo con el esforzada interpretación que Cooper hace del protagonista: las redes sociales han hablado hasta la extenuación de la nariz postiza que utiliza, realmente la transformación física es sorprendente, pero nuestro hombre se mueve siempre en la frontera de la sobreactuación, quizás demasiado consciente de estar delante de uno de los mayores retos de su vida. Quien se lleva la gloria es Carey Mulligan: su mirada silenciosa, resignada hasta que se rebala, es la que marca el tono de un filme que hace un ejercicio similar (nariz prostética incluida) en el de la reciente Saben aquell: la cara oculta, el lado oscuro, de la genialidad siempre genera mucha literatura.

5. Saltburn

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Saltburn, Emerald Fennell es confirma como una de las voces más singulares del cine actual

En Una joven prometedora, su debut en la dirección (y con la que ganó el Oscar a Mejor Guion Original), la cineasta y guionista británica Emerald Fennell ya hacía una insólita demostración de talento a la hora de añadir capas y más capas, también de un peculiar y negrísimo sentido del humor, a una historia sobre el patriarcado y el consentimiento sexual, sobre las "manadas" y la cultura de la violación. Con su segundo largometraje, la directora vuelve a cargarse de audacia y va dos pasos más allá: Saltburn explica la amistad contra naturaleza entre dos estudiantes de Oxford, uno de clase humilde y pasado traumático, y el otro de familia milionaria, guapo y acostumbrado a tener todo lo que quiere. Después de un primer acto universitario, la acción se traslada a Saltburn, nombre de la mansión donde tienen que pasar unos días de verano y donde el choque social coge todavía más protagonismo, cuando entre en escena la extravagante, excesiva, familia aristocrática del chico rico.

Provocadora, a ratos voluntariamente desagradable, y con un mensaje potente, Saltburn confirma la voz singular de Emerald Fennell

La historia del pez fuera del agua, queda, en manos de Emerald Fennell, en un cuento perverso con alma de sátira social sobre los privilegios, con referencias bastante directas a Retorno a Brideshead y con un personaje protagonista que recuerda al Señor Ripley creado por Patricia Highsmith a sus novelas. La cineasta apuesta, como hacía en Una joven prometedora, por un cierto desconcierto en el espectador que, aquí, coge caminos de incomodidad, con un relato que se va oscureciendo progresivamente, de una manera retorcidamente juguetona. Y Fennell (a quien, en su faceta de actriz, conocimos como la Camilla Parker Bowles de las temporadas 3 y 4 de The Crown) saca petróleo de la pareja protagonista: el robaescenas Barry Keoghan (por aquí iba su nombramiento en el Oscar por Almas en pena en Inisherin) y Jacob Elordi, uno de los nuevos guapos oficiales de Hollywood lanzado a la fama por la serie Euphoria. Provocadora, a ratos voluntariamente desagradable, y con un mensaje potente, Saltburn confirma la voz singular de Emerald Fennell. La encontraréis en Amazon Prime a partir del viernes 22 de diciembre.