En estos últimos días en que los bancos centrales trataban de tranquilizar al mundo ofreciendo una "beautiful" normalización gradual de la vida económica y financiera, el sentimiento de que las cosas van mal se ha expandido contra pronóstico incrementando la confusión general.

Jamie Dimon, presidente del banco JP Morgan, fue el primero en abrir el turno de presentación de las quejas y agravios globales. El bloqueo político que amenaza a Washington, dijo, hace que sea "casi una vergüenza ser un ciudadano estadounidense viajando por el mundo". Asesor de Donald Trump, exigió "decisiones más inteligentes" e indicó que "nos hemos convertido en una de las sociedades litigantes más burocráticas y confusas del Planeta".

"Es casi una vergüenza ser un ciudadano estadounidense viajando por el mundo. Nos hemos convertido en una de las sociedades litigantes más burocráticas y confusas del planeta"

El pasado viernes, Dimon, que se saltó la explicación de los resultados semestrales del banco que preside, uno de los mayores de EEUU, y, abordó temas políticos con una franqueza poco habitual. Mencionó el plan de inversión de infraestructuras que está paralizado en el Congreso. "No somos capaces de construir puentes, no somos capaces de construir aeropuertos".

Sumándose a estas críticas, el relevante economista El Erian, agregó que "Dimon tiene razón" debido a que "cuanto mayor tiempo persista el bajo equilibrio de crecimiento, mayor será la presión a la baja sobre el potencial del país y su prosperidad futura". "Los retrasos en la adopción política positiva expone a EEUU a un mayor riesgo de una tendencia descendente", recalcó.

No pasó por alto Dimon la reforma tributaria prometida, que en países que ha visitado recientemente, como Francia, Argentina, Israel o Irlanda, entienden de manera positiva "ya que las decisiones que promueven el crecimiento de los negocios son buenas para todos los ciudadanos". Y pareció tristemente al lamentarlo; "En este gran sistema americano de libre empresa ya no lo entendemos". Los problemas son más que coyunturales.

La tasa de mortalidad por abuso de drogas se ha disparado en los últimos quince años 

Un día antes, la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, mencionó ante el Senado la alta factura que pasan hechos a los que no se da demasiada importancia en su momento. "La tecnología y la globalización han afectado a las rentas y trabajos de las clases medias, que han visto disminuir sus oportunidades de mejorar". Un daño colateral de esta reducción de las expectativas vitales es que EEUU se enfrenta ahora a una crisis provocada por un abuso rampante de los derivados del opio. Yellen indicó que esta enfermedad ha afectado "especialmente a los hombres menos educados, observándose un incremento en las tasas de mortalidad que reflejan parcialmente el uso de opiáceos". La tasa de mortalidad por abuso de drogas se ha disparado en los últimos quince años. La sobredosis de estas drogas contribuyó a más de 33.000 muertos en 2015, de acuerdo a los Centros de Prevención y Control de Enfermedades. Según Goldman Sachs, "matan a más de 90 americanos cada día".

No sólo es EEUU el país en cuestión. El fallecimiento en China del Premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo tras pasar los últimos ocho años de su vida entre rejas por el delito realizado para el Partido Comunista de pedir de democracia ha provocado un clamor mundial reabriendo el debate de si los valores chinos son universales o más bien algo culturalmente específicos y, por tanto, a evitar su generalización.

El mal trato del régimen chino a Liu ha sido interpretado como una prueba de su debilidad, inseguridad y temor del Gobierno, lo que contrasta con el discurso del presidente Xi Jinping en Davos, orientado a promover China como un poder tranquilizador, maduro y responsable en estos tiempos de incertidumbre. Puede que a lo mejor deban pasar dos figuras en el horóscopo chino, hasta que aparezca la rata, signo de optimismo y buenos negocios, para que hacia 2020 pueda Pekín lograr una beautiful normalización de sus asuntos propios.