Todavía estamos inmersos en la bonita primavera, sin embargo, muchos ya hacemos planes para lo que será un verano muy esperado por muchos motivos. En verano la alimentación es más entretenida, con sabores y aromas frescos que nos invitan a comer rico y saludable, recibiendo todos los beneficios nutricionales que aportan las frutas y verduras, las que en esta estación del año aumentan su disponibilidad y variedad. Además ya sabemos que por muchos motivos consumir frutas y verduras de temporada es positivo.

Para quienes en verano se proponen perder peso o mantener un peso saludable, los especialistas en nutrición indican que deben elegir una dieta flexible que se adapte a los horarios e imprevistos de las vacaciones, siguiendo a la vez tres condiciones básicas:

  • Siempre mantener un peso saludable.
  • Hacer actividad física durante 30 minutos o más todos los días.
  • Comer alimentos vegetales, limitar el consumo de carnes rojas y evitar el consumo de carnes procesadas, como cecinas y embutidos.

Nuestros hábitos pueden cambiar en verano

Sumar a una dieta saludable actividad física, es una excelente combinación, sobre todo aprovechando el buen tiempo de verano, las horas de sol y las ganas de estar al aire libre, motivándonos estos factores a practicar diferentes deportes como running, natación, tenis, bicicleta o patines. También puede ser una buena época del año para estrenarnos en alguna práctica deportiva, ya que no tendremos la pereza más propia del invierno que acarrea el frío.

Verano Saludable
Verano Saludable

Para comenzar a disfrutar un verano saludable, frutas a la batidora y tenedor a la ensalada, porque a continuación os vamos a dar algunos tips que puedes seguir para disfrutar del verano en la playa, campo o montaña, sintiéndote bien y comiendo sano.

  • Platos tradicionales: En verano disfrutar de un delicioso salmorejo, un gazpacho, o una ensalada de basta, es una buena opción que puede reemplazar los cereales como arroz o pastas, que son más pesados y quizás apetecen algo menos durante los meses veraniegos.
  • ¡Come frutas! De preferencia entera o con cáscara, por su aporte en fibra y antioxidantes.
  • Alimentación equilibrada: Las altas temperaturas y humedad pueden afectar la salud, por eso es importante tener una alimentación equilibrada, cubriendo las exigencias nutricionales no solamente con alimentos líquidos como batidos, sino también sólidos.
  • ¡Siempre hidratado!: Entre 50% y 70% del cuerpo es agua, convirtiendo el consumo de líquidos en un elemento fundamental de la dieta. Es necesario ingerir mínimo 2.000 cc diarios de agua, jugos o licuados, evitando las bebidas azucaradas.
  • Deporte en verano: Es necesario hidratarse antes, durante y después de practicar una actividad física, ingiriendo de 150 a 250 cc (un vaso) cada 20 minutos.