Ya hemos perdido la cuenta de las veces que la rutina o nuestro día a día se complican y solamente nos queda la opción de ir al gimnasio a última hora. En muchas ocasiones ni siquiera nos lo planteamos y en otras tantas nuestra respuesta es una negativa absoluta llena de excusas de las que es responsable la pereza. Pero no podríamos estar cometiendo peor error. Y es que, hacer ejercicio de noche tiene más ventajas de lo que cualquiera pudiera pensar en los distintos aspectos de nuestra vida. Tantas, que jamás volveremos a creer aquello de que el mejor momento del día para hacer deporte es a primera hora de la mañana.

La rutina a veces no nos da otra alternativa que hacer deporte por la noche

deporte noche
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¿Te estás preguntando cuáles? Aquí los tienes:

Mejorará tu concentración

Para que el ejercicio dé sus frutos es necesario tener las mínimas distracciones posibles y cuanto más tarde es, sea cual sea el entorno en el que practicamos deporte, menos distracciones encontraremos y mejor podremos concentrarnos, por lo que conseguirás que los músculos trabajen mejor.

Pero esta concentración no solo se gana en el momento de practicar deporte. Hacer ejercicio nos ayuda a liberar tensiones y ansiedad y despejar la mente. En este sentido, dormiremos mejor y rendiremos más al día siguiente.

Dormirás mejor

Aunque nos sintamos más activas y activos después de hacer deporte y pensemos que eso hará que nos cueste conciliar el sueño, ocurre todo lo contrario, dormirás mejor. Después de hacer ejercicio habrá que dejar aproximadamente 60 minutos hasta tomar la decisión de irnos a dormir, y dos horas en el caso de que el ejercicio haya sido demasiado intenso. Esto hará que la adrenalina que hemos segregado con el deporte vaya desapareciendo y que el cuerpo haya tenido el suficiente tiempo de reposo para recuperarse tras la actividad. Después de esto, el cansancio acumulado de todo el día más el causado por el ejercicio, haber eliminado estrés y los ritmos circadianos ayudarán a conciliar el sueño.

Ganarás energía y más masa muscular

Según apunta un estudio de la Universidad de North Texas, por la mañana las reservas de glucógeno son menores debido a que ha pasado un gran número de horas desde que comimos por última vez. Así, aunque se favorece la quema de grasas a primera hora de la mañana, también se produce el catabolismo muscular o la destrucción del músculo ya que el cuerpo usa la proteína de este para poder funcionar, debilitándonos. Por eso, si hemos mantenido una alimentación adecuada durante el día, la quema de proteínas provendrá de otra fuente, aportando energía a los músculos.

Además, al tener más reservas, nuestros músculos asimilarán mejor el ejercicio anaérobico y responsable de tonificarlos.