Con el paso de los años, se produce una disminución de la masa y un deterioro de los huesos debido a una pérdida de los minerales que contienen, lo que genera una mayor probabilidad de sufrir fracturas, especialmente en las mujeres.

Es lo que se conoce como osteoporosis y, como indica la OMS, su origen es variado: el nivel de masa ósea de la persona, el paso de los años, factores genéticos y hereditarios, la menopausia, alteraciones hormonales, una mala alimentación, la falta de ejercicio físico…

Una de las consecuencias es la rotura de cadera, que tiene una gran incidencia mundial fundamentalmente en las personas mayores de 65 años de edad. Por eso, acciones que vayan encaminadas a prevenir son tan importantes. Y la alimentación juega un papel fundamental, sobre todo en el caso de aquellas que siguen una dieta vegetariana.

Un factor de riesgo

Según un estudio de la Universidad de Leeds en el Reino Unido que se llevó a cabo con 26.000 mujeres británicas de mediana edad concluye que aquellas con una dieta vegetariana tenían un 33% más de riesgo de fractura de cadera en comparación las que toman carne de forma habitual. De hecho, este modo de alimentación es el tercer factor de riesgo después del tabaquismo y la edad.

Eso no quiere decir que estas personas deban abandonar las dietas vegetarianas Como con cualquier dieta, es importante saber qué nutrientes se necesitan para un estilo de vida saludable y equilibrado. Las dietas vegetarianas pueden variar mucho de una persona a otra y pueden ser saludables o no. Pero al tener una menor ingesta de nutrientes que están relacionados con la salud ósea y muscular es aconsejable tomar medidas.

Mujer de la tercera edad / Unsplash
Mujer de la tercera edad / Unsplash

Medidas a tomar

En primer lugar y, antes de cambiar el tipo de alimentación, el primer consejo es acudir a un profesional, porque no es un tipo de dieta que pueda seguir todo el mundo. Los expertos suelen desaconsejarla para los niños, por ejemplo. Es bueno hacerse algún tipo de análisis o prueba para comprobar que no existen riesgos para la salud.

Hay que tener en cuenta que la carne es una excelente fuente de proteínas de calidad, incluida la roja. Aporta micronutrientes esenciales como hierro, zinc, selenio, potasio y un abanico de vitaminas del grupo B como niacina (B3), riboflavina (B2), tiamina (B1) y vitaminas B6 y B12. Lo mismo ocurre con el calcio, pues se trata de un nutriente esencial para los huesos y se encuentra mayoritariamente en los productos derivados de los lácteos, cuyo consumo no realizan las personas que llevan una dieta vegetariana más extrema.

Por este motivo, es aconsejable suplementarse con este tipo de nutrientes para promover el fortalecimiento de los huesos y las articulaciones y evitar que aumente la posibilidad de sufrir una rotura de cadera.