Quién no ha experimentado estrés alguna vez. El trabajo, las finanzas, las relaciones y los cambios en la vida pueden ser causante del mismo. Afecta a muchos de los procesos del organismo y, en ocasiones, también puede provocar cambios en los hábitos alimenticios de una persona, comenzando a comer en exceso o sufrir una pérdida de apetito.

Estrés y pérdida de peso

  • Inflamación y activación del nervio vago

El estrés y las malas elecciones dietéticas como resultado del estrés pueden contribuir a sufrir inflamación generalizada y pérdida de peso. Esta inflamación puede provocar la activación del nervio vago, que influye en cómo el intestino procesa y metaboliza los alimentos.

  • Activación de la respuesta de lucha o huida del cuerpo

Cuando el cuerpo está bajo una condición de estrés, el sistema nervioso simpático desencadena la liberación de adrenalina de las glándulas suprarrenales. Una descarga de adrenalina prepara a una persona para huir o luchar contra una amenaza inminente.

La adrenalina hace que el corazón lata más rápido y que la respiración se acelere, lo que puede quemar calorías. Además, cambia la forma en que el intestino digiere los alimentos y altera los niveles de glucosa en sangre.

  • Alteración del eje HHA

El eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HHA) controla la respuesta del cuerpo al estrés, lo que afecta los niveles de cortisol. Cuando se sufre estrés, la glándula pituitaria envía señales a las glándulas suprarrenales para que liberen cortisol. Esta hormona aumenta el combustible del cuerpo para obtener energía mediante la liberación de ácidos grasos y glucosa del hígado.

El cortisol también ayuda a regular la respuesta inmune del cuerpo y reduce la inflamación. El estrés crónico perjudica el funcionamiento del eje HHA, provocando cambios en el metabolismo y en los hábitos alimentarios.

Mujer estresada en el trabajo / Pixahive
Mujer estresada en el trabajo / Pixahive
  • Malestar gastrointestinal

El estrés afecta la comunicación entre el cerebro y el sistema gastrointestinal, lo que hace que los síntomas del sistema gastrointestinal sean más evidentes.

El estrés afecta todas las partes del sistema gastrointestinal, incluido el esófago, el estómago y el intestino. El estrés puede causar síntomas gastrointestinales, como acidez estomacal o reflujo, dificultad para tragar, gases, hinchazón, dolor abdominal, náuseas, vómitos, variación del apetito, diarrea, estreñimiento y espasmos musculares.

Estos síntomas pueden afectar los hábitos alimenticios, lo que puede conducir a la pérdida de peso.

Estrés y aumento de peso

El estrés también puede causar aumento de peso incluso si se está llevando a cabo una dieta y se practica ejercicio.

Algunas de las consecuencias del estrés pueden ser dormir mal, tener más hambre, sufrir antojos de alimentos poco saludables y tener menos ganas de hacer ejercicio. Todos estos factores pueden conducir al aumento de peso o dificultar las soluciones para perder peso.