El frío pasa factura a nuestra piel. Algunas de las huellas del invierno en el órgano más extenso del cuerpo son la sequedad, consecuencia de la falta de humedad, y las rojeces por la dilatación de los vasos capilares por los choques térmicos. Pero hay formas de mantenerla hidratada. Estos son los trucos para prevenir, calmar y tratar la piel seca en la estación del año más fría.

El frío pasa factura a nuestra piel

1. Abrigarse del frío

Cuanto más seco sea el aire en casa o la oficina, más seca está la piel, por lo que conviene evitar las calefacciones extremas y colocar un humidificador en las estancias más habitadas. El tiempo frío, en especial cuando el aire es seco, hace que la humedad de la piel se evapore más deprisa. Los científicos estiman que el órgano cutáneo pierde hasta una cuarta parte de su capacidad de mantener su hidratación natural. Esto explica por qué la sentimos tirante y seca.

El primer paso para protegerla, por tanto, es abrigarse: hay que usar jerséis calientes y no salir al exterior sin guantes ni bufanda. Pero con la piel muy sensible lo conveniente es olvidarse de la lana, porque puede aumentar la irritación.

2. Evitar las duchas muy calientes

Sumergirse en agua caliente es muy tentador en invierno, pero cuanto mayor sea la temperatura del agua, mayor pérdida de humedad sufrirá la piel, ya que estos baños favorecen la eliminación de los aceites naturales de la epidermis. En consecuencia, los dermatólogos recomiendan templar el agua, no prolongar las duchas más de 10 minutos y usar productos suaves y esponjas que irriten la piel.

Piel seca
Piel seca

3. Beber mucho agua: es bueno para la piel

No hay que olvidar hidratarse también por dentro; la piel lo agradecerá. Y esto se traduce en un gesto tan sencillo como eficaz: beber agua. Por el contrario, no se debe exagerar ni con el alcohol ni con el café, pues estas bebidas son diuréticas, por lo que fomentan l la pérdida de líquidos.

4. Tomar alimentos para cuidar la piel

Lo que comemos también influye en la hidratación cutánea, por lo que conviene intentar aumentar la ingesta de alimentos ricos en grasas buenas, como nueces, aceite de oliva y aguacates. Y hay otros alimentos que ayudan a cuidar la piel, en especial, los abundantes en vitaminas y antioxidantes, como arándanos, verduras y cítricos.

5. Nutrir la piel

Los expertos lo repiten como un mantra: no hay un truco ni rutina de hidratación de la piel que valga para todos, ya que su cuidado es un proceso de ensayo y error. Pero quienes la tienen seca, deben nutrirla. Los especialistas recomiendan cambiar a una crema pesada que realmente hidrate durante estos meses. Y repetir la rutina de limpieza e hidratación al menos dos veces al día: una por la mañana al despertar y otra antes de meterse en la cama.