Los puntos negros, científicamente conocidos como comedones abiertos, son uno de los problemas cutáneos más comunes que afectan a personas de todas las edades, especialmente a aquellos en la adolescencia y la juventud. Aparecen cuando los poros de la piel se obstruyen con una combinación de células muertas de la piel y sebo, un aceite natural producido por las glándulas sebáceas para mantener la piel hidratada. A diferencia de los comedones cerrados (espinillas), los puntos negros tienen una apertura en la superficie de la piel, lo que permite que el material obstruido se oxide y adquiera un tono oscuro.

puntos negros
Los puntos negros se producen por exceso de grasa en la piel/ Foto: Unsplash

 

Factores como los cambios hormonales, especialmente durante la pubertad, el embarazo, y la menstruación, pueden incrementar la producción de sebo, facilitando la aparición de puntos negros

 

Causas de los puntos negros

Los puntos negros se forman por diversas razones, siendo la principal el proceso natural de exfoliación de la piel que no funciona correctamente. Factores como los cambios hormonales, especialmente durante la pubertad, el embarazo, y la menstruación, pueden incrementar la producción de sebo, facilitando la aparición de puntos negros. Además, el uso de ciertos productos cosméticos o de cuidado de la piel inadecuados para tu tipo de piel puede contribuir a la obstrucción de los poros. La contaminación ambiental y la humedad también juegan un papel importante, al igual que la genética y la dieta, aunque estos últimos requieren más investigación para establecer una conexión directa.

 

Prevención y tratamiento

La prevención y el tratamiento de los puntos negros se centran en la limpieza y el cuidado adecuado de la piel. Aquí algunos consejos efectivos:

  • Limpieza diaria: Utiliza un limpiador suave dos veces al día para eliminar el exceso de grasa, suciedad y células muertas de la piel. Evita los jabones duros que pueden irritar la piel y aumentar la producción de sebo.

  • Exfoliación: Incorpora la exfoliación en tu rutina de cuidado de la piel 1-2 veces por semana para eliminar las células muertas de la piel y desobstruir los poros. Opta por exfoliantes químicos con ácido salicílico o glicólico, que son efectivos pero menos abrasivos que los exfoliantes físicos.

  • Productos no comedogénicos: Elige maquillaje y productos para el cuidado de la piel etiquetados como "no comedogénicos", que están formulados para no obstruir los poros.

  • Tratamientos tópicos: Los productos que contienen retinoides, derivados de la vitamina A, pueden ayudar a regular el ciclo de vida de las células de la piel y prevenir la obstrucción de los poros.

  • Herramientas de limpieza profunda: Los dispositivos de limpieza facial, como los cepillos sónicos, pueden ofrecer una limpieza más profunda y ayudar a eliminar los puntos negros.

  • Visita a un dermatólogo: Para casos persistentes o severos, un dermatólogo puede ofrecer tratamientos como microdermoabrasión, peelings químicos, o extracciones manuales que pueden ser más efectivos que los tratamientos caseros.

 

Mitos y verdades

Existen muchos mitos sobre los puntos negros, incluida la creencia de que son el resultado de una higiene deficiente. Sin embargo, su formación es más compleja y está influenciada por factores internos como la producción de sebo y la renovación celular, no solo por la limpieza externa. Otro mito común es que exprimirlos es la mejor manera de deshacerse de ellos, pero esto puede llevar a infecciones, cicatrices y más puntos negros.

 

Conclusión

Los puntos negros son una condición de la piel tratable y, en muchos casos, prevenible. Un régimen de cuidado de la piel adecuado, combinado con un estilo de vida saludable, puede minimizar su aparición y contribuir a una piel más clara y saludable. Siempre que sea posible, se recomienda buscar la orientación de un dermatólogo para tratar adecuadamente esta condición y evitar daños en la piel.