Si hablamos de la infancia en general, lo estamos haciendo de una etapa vulnerable, debido a que las necesidades nutricionales son elevadas y es muy común el desajuste en la dieta del niño en la etapa infantil, pues son más independientes que en la etapa anterior, lo que lleva a que nos sea más difícil supervisar la alimentación.

Etapa decisiva también, porque es en esta etapa cuando comienzan a establecerse los patrones de conducta frente a la comida, y son éstos lo que permanezcan durante su vida adulta. Por este motivo es esencial, que los padres doten a sus hijos de las herramientas necesarias para que aprenda a alimentarse bien. Es muy común que los desayunos sean escasos, las comidas pasan a ser más selectivas e insuficientes (sobre todo fuera del ámbito familiar, como en los comedores escolares), aparecen alimentos tipo snack, refrescos, dulces en las meriendas… Todos estos errores pueden terminar en problemas tales como son el sobrepeso, la obesidad o el bajo crecimiento.

Todos estos errores pueden terminar en problemas tales como son el sobrepeso, la obesidad o el bajo crecimiento

alimentación infantil
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Una buena alimentación en la etapa infantil ha de estar orientada a:

  • Asegurar el crecimiento y desarrollo del niño.
  • Prevenir enfermedades tanto en la infancia, como luego, en su vida más adulta
  • Inculcar unos hábitos y relaciones saludables frente a la comida.

Evitar las malas conductas frente a la comida

  1. Lo primero a tener en cuenta por su importancia, es el inconveniente de utilizar la comida como un premio (si apruebas el examen vamos al Burger), ni como un vehículo para éstos (si te comes eso te doy una golosina) o castigos (hasta que no te lo termines todo no te levantas), pues el niño podría asociar ciertas aversiones a los alimentos.

  2. Ser pacientes, enseñar que no existen alimentos “buenos” o “malos”, dar ejemplo, ya que los niños funcionan de una manera similar a una esponja y absorben todo lo que ven a su alrededor.

  3. ¿A quién no han tenido sentado enfrente de un plato eternamente? La hora de la comida no puede ser eterna. Hay que respetar que los niños comen más lento que los adultos, pero un tiempo demasiado prolongado puede llevar al niño a crear ciertas aversiones. Pactar un tiempo es esencial, al finalizar el tiempo, el plato se retirará, de esa forma el niño adquiere el compromiso del tiempo.

  4. En la edad infantil la hora de la comida debe ser acompañada, en un ambiente relajado, de diálogo distendido, intentado evitar situaciones tensas (enfrentamientos, forzar al niño a que coma, gritos, etc.)

  5. Cada vez hay más niños comiendo frente al ordenador, Tablet, TV… enseñar que comer no es sólo alimentarse es fundamental. Debemos enseñar al niño a que escuche su sensación de apetito, por qué se come, qué nos aportan los alimentos.

  6. Hacerles partícipes de la comida. Poner la mesa, hacer comidas divertidas con ellos…, es una forma de que el niño aprenda que la comida es y puede ser fácil y divertida.

  7. El niño no es un adulto. Es desaconsejable preguntar “¿qué te apetece?”, ese papel lo tienen los padres o cuidadores, del mismo modo que no le preguntarían “¿cuánto dinero sacó del banco para tus libros?”.