En la mayoría de las personas, pensar en ducharse evoca sensaciones placenteras. Esta imagen icónica y agradable desaparecerá de inmediato si añadimos el detalle de que la ducha en cuestión es con agua fría.

Sin embargo una gran cantidad de personas se duchan intencionadamente con agua fría por las mañanas, cosa que les despeja y les prepara para el día. Ello es debido a que, como la mayoría de personas ya sabe, el contacto con el agua fría tiene múltiples ventajas para nuestro organismo. En este artículo vamos a hablar precisamente sobre este hecho: sobre los beneficios de ducharse con agua fría, y por qué este háito debería ser incorporado a nuestras rutinas.

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La activación del sistema nervioso es otro de los beneficios de ducharse con agua fría, la cual estimula la secreción de ciertos neurotransmisores como la noradrenalina que nos hace poder estar atentos y vígiles

 

Beneficios de ducharse con agua fría

A pesar de que se trata de una estimulación en principio aversiva para una gran mayoría de las personas, el hecho de ducharse con agua fría supone una serie de ventajas y efectos positivos sobre nuestro organismo y nuestra psique. Algunos de estos beneficios pueden observarse directamente tras un contacto esporádico con el agua fría, pero otros beneficios serán menos visibles a menos que exista un hábito o cierta regularidad.

1. Despeja y activa mente y cuerpo

El principal efecto que vemos directamente cuando nos duchamos con agua fría es el hecho de que nos activa y despeja. Los receptores térmicos y las neuronas situadas en la la piel se activan para mandar un mensaje de alerta al resto del sistema, generando una respuesta por parte del organismo en forma de activación generalizada ante el frío. Se trata de una reacción natural ante la necesidad del cuerpo de mantener la homeóstasis o equilibrio interno a nivel de temperatura.

2. Mejora la circulación

La exposición al agua fría tiene repercusiones positivas a nivel cardiovascular: ante el frío nuestra tasa cardíaca aumenta y se contraen los vasos sanguíneos. La sangre viaja a gran velocidad y cargada de oxígeno a los órganos principales y a los músculos, mejorando la circulación hacia estas áreas. En este sentido resulta recomendable ir alternando entre duchas frías y otras con agua caliente (que harían que la sangre se dirigiera más fácilmente a la superficie de la piel).

Sin embargo, deben tener mucha precaución las personas que padezcan algún tipo de cardiopatía y trastorno cardiovascular, ya que la contracción de los vasos sanguíneos y la aceleración del ritmo cardíaco puede ser perjudicial en su caso.

3. Incrementa la capacidad atencional

La activación del sistema nervioso es otro de los beneficios de ducharse con agua fría, la cual estimula la secreción de ciertos neurotransmisores como la noradrenalina que nos hace poder estar atentos y vígiles.

4. Mejora tu estado de ánimo

Ducharse con agua fría tiene efectos relevantes en el estado de ánimo. Y es que el choque térmico con el agua fría hace que se estimule la producción de noradrenalina en el cerebro, lo que en último término va a generar una mayor activación y una leve mejoría del humor, aliviando estrés y la ansiedad. Otros estudios indican que también genera una disminución del nivel de cortisol.

5. Incrementa la oxigenación

Cuando nuestro cuerpo entre en contacto con agua muy fría, inmediatamente solemos empezar a acelerar nuestra respiración. Ello está vinculado a la anteriormente citada alteración y aceleración cardiovascular. El cuerpo necesita una mayor cantidad de energía para hacer frente al frío, lo que implica acelerar la adquisición de oxígeno. Así, aumentan los niveles de oxígeno de nuestro organismo, así como el ritmo con el que la sangre circula por el cuerpo.