En general, sentir sueño después del ejercicio no es motivo de preocupación. Es normal sentirse cansado. Si bien es cierto que es más probable después de entrenamientos intensos, también depende de cada persona y su condición particular.

La energía de cada uno después del ejercicio depende de muchos factores, entre ellos el nivel de condición física, la alimentación, el nivel de hidratación, el tipo de ejercicio físico que se practique, cómo se haya dormido la noche anterior y la condiciones médicas subyacentes. Asimismo, en algunos casos, sentir sueño después del ejercicio puede ser una señal de que te has exigido demasiado.

Por qué ocurre

La somnolencia de después del entrenamiento es causada por la respuesta natural del cuerpo a la actividad física. Cuando se hace ejercicio, los músculos se contraen repetidamente. Utilizan trifosfato de adenosina (ATP) para producir estas contracciones. El ATP es una molécula que proporciona energía a tus células.

Tus niveles de ATP disminuyen a medida que continúas entrenando. Esto reduce la capacidad de funcionamiento de los músculos, lo que provoca fatiga muscular.

El sistema nervioso central (SNC) también juega un papel importante. Durante el ejercicio, emite repetidamente señales para activar sus músculos. Sin embargo, las señales serán menores cuanto más tiempo entrenes.

Además, el ejercicio aumenta varios neurotransmisores, incluidos la dopamina y la serotonina. Estos cambios reducen la capacidad de tu SNC para activar los músculos, lo que lleva a la fatiga central. Como resultado, es posible que te sienta cansados y busques el descanso de una siesta.

Pros de la siesta tras entrenar

  • Recuperación muscular

Una siesta después del ejercicio puede ayudar a la recuperación muscular. Cuando duermes, tu glándula pituitaria libera la hormona del crecimiento y los músculos necesitan esta hormona para reparar y construir tejido. Esto es esencial para el crecimiento muscular, el rendimiento deportivo y para obtener los beneficios de la actividad física.

  • Mejora de la deuda de sueño

La privación del sueño dificulta la recuperación muscular. También ralentiza la función cognitiva y debilita el sistema inmunitario, lo que contribuye a un bajo rendimiento deportivo. Al echarte una siesta, puedes disminuir los efectos de la falta de sueño al descansar más.

  • Reducción de la fatiga física

Sentirse somnoliento después del ejercicio es un signo de fatiga muscular. Sin embargo, como la siesta fomenta la recuperación muscular, disminuye la fatiga.

  • Mayor agilidad mental

Del mismo modo, la siesta después del ejercicio puede darte un impulso de energía mental. Si te levantaste temprano para hacer ejercicio, una siesta puede ayudarte a sentirte menos cansado.

Una mujer duerme plácidamente una siesta
Una mujer duerme plácidamente una siesta / Unsplash

Contras de la siesta tras entrenar

  • Mala calidad de la siesta

El ejercicio aumenta las endorfinas y la temperatura corporal. Estos cambios inducidos por el ejercicio pueden mantener el cerebro y el cuerpo despiertos. Es por eso que algunas personas evitan hacer ejercicio justo antes de acostarse. Por lo tanto, incluso si quieres echar una siesta, puede ser difícil obtener un descanso de calidad.

  • Aumento del aturdimiento

Una siesta larga puede hacerte entrar en las etapas más profundas del sueño. Te sentirás aturdido y desorientado cuando te despiertes. Esta sensación, conocida como inercia del sueño, puede durar hasta 30 minutos.

  • Sueño nocturno interrumpido

Aunque la siesta puede disminuir la deuda de sueño, puede afectar negativamente el sueño nocturno. Es posible que tengas problemas para conciliar el sueño más tarde por la noche. Además, si sufres un trastorno del sueño, las siestas pueden empeorar sus síntomas.

En todo caso, si decides apostar por la siesta tras hacer ejercicio, limítala a 20 minutos. Evita las siestas de 30 a 60 minutos. De lo contrario, puede entrar en un sueño profundo y despertarse con inercia del sueño.