Necesitar poner sucesivas alarmas en el despertador, comenzar cada día de mal humor, preferir pasar las mañanas de descanso tirado en la cama que hacer actividades al aire libre. Si prefieres estar confinado como si el exterior diera miedo y que no hay lugar más seguro que tu cama, es posible sufras una obsesión y que sea más profunda de lo que te imaginas. Tal vez sufras de dysania (dificultad para levantarte de la cama por las mañanas) o de clinomanía, una obsesión incontrolable por querer quedarse en la cama.

Qué es la dysania

La dysania es la dificultad para levantarnos por la mañana. Por supuesto que todos tenemos nuestros días en los que levantarnos por la mañana es una auténtica tortura, nos cuesta levantarnos y ponemos el despertador una y otra vez para despertarnos lo más tarde posible.

Pero la dysania explica el hecho de que alguien se siente incapaz de levantarse cuando tiene que hacerlo, y este trastorno se acompaña de síntomas. A menudo se asocia con trastornos del sueño o trastornos afectivos. Además, este trastorno frecuentemente está relacionado con la depresión.

Síntomas de la dysania 

Los síntomas más frecuentes de la dysania son una fuerte preocupación de la persona cuando se dice a sí misma que debe levantarse, una sensación de cansancio constante, la necesidad de volver a la cama tan pronto como se levanta, mal humor, irritabilidad, falta de deseo sexual, incapacidad de hacer tareas y una sensación de sentirse bajo presión.

Si lo padeces, es importante pedir cita con un especialista y que este te prescriba soluciones, porque existen. Mientras tanto, es fundamental revisar los hábitos para mejorar la higiene del sueño, regular el tiempo de sueño, vivir el momento, hacer ejercicio físico y tratar de conocerte a ti mismo para ser más consciente de tu estado emocional y tus cambios físicos.

¿Y qué es la clinomanía?

Se trata de un trastorno psiquiátrico caracterizado por la negativa de una persona a levantarse. Esta prefiere acostarse constantemente. Generalmente, son las personas que sufren de neurastenia o depresión severa las que presentan clinomanía.

Es una especie de adicción que hace que quienes la sufren pueden permanecer en cama durante varios días, incluso en ausencia de sueño, sin necesidad ni ganas de levantarse. Provoca una inmensa sensación de bienestar y seguridad que solo se experimenta en la cama.

El desconocimiento de esta patología lleva a muchas personas a tratar a quienes la padecen como seres asociales o vagos. Sin darse cuenta, las personas que utilizan estos calificativos favorecen la aparición de nuevos daños de origen psicológico.

Un hombre lee en su cama a plena luz del día / Unsplash
Un hombre lee en su cama a plena luz del día / Unsplash

Sin embargo, la gran diferencia entre los vagos y los clinófilos es que, mientras los primeros no quieren realizar una actividad que requiera un mínimo de esfuerzo físico o mental, los segundos necesitan estar tumbados durante horas aunque permanezcan despiertos.

La clinomanía también tiene consecuencias físicas como trastornos digestivos, estreñimiento severo, una importante pérdida muscular y úlceras o escaras, todo ello consecuencia de pasar tanto tiempo en la cama.

Además, no es sencillo diagnosticar una enfermedad que muchas veces se confunde con otras que comparten signos comunes, como depresión, apnea u otros trastornos del sueño y del comportamiento.

Síntomas de la clinomanía

Algunos de los síntomas más comunes que presentan los clinófilos son la obsesión por objetos como almohadas y cojines, la predilección por el mal tiempo que les sirve de coartada para no salir de casa o la procrastinación crónica ante cualquier asunto.

Una de las curiosidades de esta enfermedad es que, aunque cualquier persona puede padecerla en cualquier momento de su vida, tiene una incidencia particular en mujeres de entre 20 y 40 años, muchas veces como consecuencia de cambios hormonales.

El otro grupo de riesgo está formado por los ancianos. Por un lado, es fruto de su mayor sensibilidad a las molestias de todo tipo y, por otro, consecuencia de la gran cantidad de horas que pasan en casa sin obligaciones que les empujen a moverse o realizar actividad física. Aunque el interés de la comunidad médica ante esta enfermedad es cada vez mayor, actualmente no existe una cura para este trastorno.

Sin embargo, existen diferentes tipos de tratamientos que permiten que la enfermedad no impida a la persona que la padece estudiar, trabajar o realizar su rutina diaria y las tareas del hogar. El trabajo de acompañamiento en psicoterapia, fisioterapia, o incluso un suplemento medicinal en los casos más severos, permite establecer ejercicios diarios, así como la adopción de una dieta sana y equilibrada, para mejorar significativamente la vida de los clinófilos.