Una caída, montar a caballo, estar un periodo extenso de tiempo sentado sobre una superficie dura o un parto complicado. Aunque parezcan situaciones distintas, todas ellas pueden provocar dolor en la zona del coxis o cóccix (rabadilla). La coccigodinia no es una afección sin importancia, pues una lesión en esta parte del cuerpo, que es muy sensible, puede afectar a la calidad de vida de quien lo padece. En este artículo se explica cómo es el hueso del coxis y, de la mano de un especialista, se detallan cuáles son las causas que provocan dolor en esta zona, cómo actuar ante su aparición y qué tratamientos hay disponibles.

Una zona sensible del cuerpo

Las causas de dolor de cóccix

Las causas de este dolor no están demasiado claras. A veces, se desencadena después de que la zona haya estado sometida a presión o a pequeños traumatismos repetidos, como estar sentado largo rato en alguna silla dura, montar a caballo o, incluso, tras un parto complicado. No obstante, también puede aparecer sin causa aparente.

Las causas más habituales de la coccigodinia son un traumatismo directo (caerse de culo) que resulta muy doloroso y puede provocar fracturas y tardar tiempo en remitir, incluso semanas o meses. También debido a quistes sacros, que se desarrollan cerca del cóccix y que producen pequeñas fístulas. De la misma manera, durante los partos difíciles o con bebés muy grandes el cóccix puede sufrir una subluxación o esguince. Y, en contadas ocasiones, este dolor está provocado por algún tumor o infección en el propio cóccix o zonas colindantes. Otro motivo, aunque menos conocido, es la obesidad: al levantarse y sentarse, el exceso de peso puede transmitir en la zona glútea movimientos anómalos al cóccix y sobrecargas persistentes que irritan la terminaciones sensibles de la zona y originan dolor. Asimismo, las personas diabéticas o fumadores tienen más riesgo, sin ser determinante.

Dolor Coxis
Dolor Coxis

Cómo actuar ante el dolor de cóccix

Ante un dolor que no cesa en el cóccix, ¿cuándo hay que acudir al especialista? ¿Puede llegar a cronificarse? No debemos alarmarnos, pero sí que hay que repasar mentalmente las actividades de los últimos días porque en la mayoría de los casos la causa es mecánica.

Es beneficioso realizar baños de asiento con agua fría los primeros días y agua tibia los siguientes, tomar algún antiinflamatorio, sentarse sobre cojines blandos y, sobre todo, evitar las sobrecargas mecánicas. La visita médica puede posponerse, pero si después de dos o tres semanas no ha disminuido ni tan siquiera mejorado el dolor con el primer nivel de tratamiento, lo más prudente es acudir al especialista para descartar otra afectación de algún órgano vecino.

La cronificación de este dolor está asociada a una causa inicial de sobrecarga, es decir, por una irritación continuada del cóccix, como sucede en obesidad. El diagnóstico de la enfermedad es principalmente clínico, sobre todo por las características del dolor (intensidad, localización), puesto que ninguna prueba radiológica permite ratificar o descartar su presencia. Cuando el dolor tiene una duración de más de dos meses, se considera que es crónico (cóccidinia crónica).