La ansiedad es una respuesta natural que su cuerpo tiene al estrés. A lo largo de la vida, se pueden experimentar los síntomas por diferentes circunstancias: comenzar un nuevo trabajo, realizar una mudanza, sufrir problemas en las relaciones familiares… El problema es cuando los síntomas son muy extremos o se alargan en el tiempo.

La crisis de la covid impactó de manera importante en el incremento de la ansiedad en la población y los científicos todavía están analizando sus efectos a día de hoy. Por ejemplo, en esta investigación publicada en The Lancet y llevada a cabo por la Universidad de Queensland (Australia) se concluye que se ha producido un aumento en todo el mundo de un 26% en casos de trastornos de ansiedad, hasta sumar 76 millones de casos adicionales sobre las cifras habituales.

Algunos casos leves de ansiedad no requieren tratamiento, pero otros sí, por eso es aconsejable acudir al médico cuando se producen síntomas frecuentes de nerviosismo, inquietud, alteración del sueño, sensación de ahogo, ritmo cardiaco elevado, opresión en el pecho, tensión muscular, ráfagas de calor, síntomas gastrointestinales o dolores de cabeza tensionales.

Generalmente, se prescribe un tratamiento farmacológico y ciertos cambios en el estilo de vida. Estos son factores que pueden ayudar a combatir la ansiedad diaria.

Seguir una dieta equilibrada

Como recoge este estudio llevado a cabo por la Universidad de Pennsylvania, una dieta equilibrada y con los nutrientes necesarios puede ayudar a prevenir y tratar la depresión y la ansiedad. Por ejemplo, los ácidos grasos omega 3 presentes en alimentos como el pescado azul ayudan a regular la transmisión de los neurotransmisores dopamina y serotonina. Y nutrientes clave como las vitaminas B, vitamina C, magnesio y zinc están asociados con un menor riesgo de sufrir ansiedad, como recoge esta investigación australiana.

Hacer ejercicio regularmente

El ejercicio cardiovascular ayuda a reducir los niveles de estrés y ansiedad y mejora el funcionamiento del sistema inmunitario. Incluso solo 5 minutos de ejercicio aeróbico pueden comenzar a estimular los efectos contra la ansiedad. 

Dormir lo suficiente

El sueño puede ayudar a calmar el cerebro ansioso. Los investigadores afirman que el tipo de sueño más útil para calmar la ansiedad es el sueño profundo, también conocido como sueño de ondas lentas sin movimientos oculares rápidos (no REM). Este es un estado de sueño en el que la frecuencia cardíaca y la presión arterial bajan.

Practicar relajación

La meditación, el yoga y la respiración son algunas técnicas que pueden inducir a la relajación y reducir los niveles de ansiedad. En este estudio realizado en Singapur, se concluye que las personas que realizan estas prácticas experimentaron una importante mejoría de la sintomatología asociada.

Mujer practicando yoga / Unsplash
Mujer practicando yoga / Unsplash

Suplementos

Los suplementos nutricionales y las hierbas que más se usan a menudo para aliviar la ansiedad incluyen la vitamina B12, que juega un papel clave en la regulación del sistema nervioso; la manzanilla, que tiene efectos calmantes y ansiolíticos y la L-teanina, un aminoácido que se encuentra naturalmente en el té verde y negro, así como en los champiñones y que, como recoge este estudio realizado en Japón, mejora los síntomas relacionados con el estrés, como la ansiedad y la depresión.