Hoy en día nos parece imposible imaginar nuestras vidas sin las redes sociales. Da igual la edad. Desde aquellos que las usan para cuestiones más profesionales hasta los que se las plantean como una afición, se han convertido en un elemento esencial en nuestras vidas.

Lo cierto es que son una herramienta muy útil, que tiene muchas ventajas, pero hay veces que hay que encontrar el equilibrio entre la cantidad de contenidos, imágenes y comentarios que compiten constantemente por nuestra atención.

Además, su mal uso puede ser perjudicial. Por ejemplo, en esta investigación llevada a cabo en varios países durante la pandemia, se concluyó que aquellos que usaron las redes sociales para entretenerse o para disminuir la soledad durante la pandemia experimentaron una salud mental más deficiente.

El tiempo

Porque aunque el uso de las redes sociales para el contacto personal y el mantenimiento de las relaciones se asocia con una mejor salud mental, existe una correlación entre el aumento del tiempo diario en las redes sociales y una peor salud mental en general.

Por lo tanto, la cuestión es el tiempo. Porque en este estudio piloto reciente realizado a estudiantes, la mayoría de ellos admitieron un cambio positivo en el estado de ánimo, reducción de la ansiedad y mejora del sueño durante e inmediatamente después de un descanso de las redes sociales.

Una persona navegando en Instagram / Unsplash
Una persona navegando en Instagram / Unsplash

Un buen plan

Por eso, una buena idea es, de vez en cuando, hacer una cura de redes sociales. Pero para llevarlo a cabo hay que proponerse un plan. Puede ser un fin de semana al mes o cada dos meses en los que se realice una actividad que pueda distraer del uso de la tecnología. Para eso, hay que identificar qué suponen las redes sociales para nosotros. Por ejemplo, los que las utilicen para relajarse mentalmente, pueden intentar dar un paseo, escuchar música, leer un libro, hacer mandalas, meditación o cocinar.

Para aquellos para quienes las redes sociales son una forma de establecer relaciones con otros, se puede emplear el método antiguo: llamar por teléfono, hacer una escapada, organizar una comida en casa o invitar a alguien a cenar.

Y los que usan las redes sociales para reírse y entretenerse pueden optar por lo mismo pero no en el mundo virtual: tocar un instrumento, acudir a un concierto de música en vivo, dar una clase de baile, ir al gimnasio, al cine o cualquier otra actividad que les divierta.

Si no es posible la desconexión, se pueden tomar medidas para disminuir los efectos negativos y mejorar los efectos positivos de las redes sociales. Por ejemplo, dejar de seguir las cuentas que tengan un efecto negativo en el estado de ánimo, eliminar fotos de perfil polémicas o silenciar o bloquear a usuarios que perturben.