El trepidante ritmo de vida que llevamos hace que encontrar un momento para pensar y dedicarse a uno mismo sea una ardua tarea, pero por suerte tanto las grandes ciudades como las poblaciones más pequeñas nos ofrecen centros para beneficiarnos de las bondades del agua, adaptados a todos los gustos y necesidades.

Diversidad de servicios

Muchos centros de balneoterapia, que ofrecían únicamente servicios asociados al agua, ahora ofrecen un amplio abanico de servicios relacionados con el “relax”. La cultura del “cuidarse” hace que nos sea difícil elegir cuando leemos la carta de servicios en cualquiera de estos centros de bienestar. Y es que se trata de verdaderos oasis en los que es posible “regalar” a nuestro cuerpo mimos y cuidados desde la cabeza hasta los pies.

Balneoterapia
Balneoterapia

Los masajes, las terapias estrella

Cualquier terapia que implique la realización de un masaje, sea manual o bien por efecto del agua resultará, además de placentera, perfecta para relajar y tonificar la musculatura en general.

El agua nos ofrece formas de llegar a la relajación a través del masaje. Éste es consecuencia del movimiento de los chorros de las bañeras de hidromasaje, los jacuzzis o, de manera más específica, de la ducha vichy con masaje manual, algo que todos deberíamos probar alguna vez. El agua y la temperatura a la que suele realizarse el masaje ayudan en gran medida a favorecer la circulación, el retorno venoso y la relajación de la musculatura.

En muchos casos se usan aceites esenciales que potencian aun más si cabe la experiencia

Además, en los balnearios nos ofrecen otros tipos de masaje, más o menos intensos, en función de cuál sea el objetivo del mismo, pero todos ellos serán ideales para descontracturar y mejorar el estado muscular. Desde el masaje relajante más básico donde el terapeuta “atacará” al grupo muscular que necesita de su manipulación, hasta el deportivo, dirigido a aquellas personas que de forma habitual practican deporte.

Reflexología podal y masajes de tipo tailandés y otros de origen oriental nos proporcionarán formas distintas de relajación. Son técnicas, la mayoría de veces milenarias, donde el terapeuta trabaja con gran parte de su cuerpo para conseguir unos niveles de trabajo muscular superior al habitual.

El poder de los aceites

En muchos casos se usan aceites esenciales que potencian aun más si cabe la experiencia. No sólo el sentido del tacto interviene en estos casos sino que el olfativo, con los aromas que desprenden estos productos, hace que nos transportemos. Nuestra mente queda en blanco y nos permitimos el lujo de “desaparecer” por unos minutos de la vorágine diaria. Los aromas nos relajan y pueden evocarnos situaciones y experiencias ya vividas que nos proporcionan mayor placer.