Cuando los niños no comen lo suficiente, puede convertirse en una fuente de preocupación y estrés para los padres. Esta situación, común en muchas familias, requiere comprensión, paciencia y estrategias adaptadas para asegurar que los pequeños reciban los nutrientes necesarios para su crecimiento y desarrollo. Aquí te compartimos algunas recomendaciones sobre cómo manejar estas situaciones.

niños comiendo
Es importante ofrecer una gran variedad de alimentos desde muy temprano/ Foto: Unsplash

 

La hora de comer debe ser agradable y libre de presiones. Evita convertir la comida en un campo de batalla

 

Comprender las razones

Antes de tomar medidas, es crucial entender por qué el niño no está comiendo lo suficiente. ¿Es un problema de apetito? ¿Hay alimentos específicos que rechaza? ¿Está pasando por una fase de crecimiento más lenta? A veces, los niños pueden ser selectivos con la comida durante etapas de desarrollo, mientras que en otras ocasiones, la falta de apetito puede estar relacionada con aspectos emocionales o de salud. Si el problema persiste, consultar a un pediatra es un paso esencial para descartar cualquier problema subyacente.

 

Establecer rutinas de comida

La creación de una rutina regular para las comidas y meriendas puede ayudar a establecer hábitos saludables. Los niños responden bien a las rutinas, ya que les proporcionan un sentido de seguridad y expectativa. Asegúrate de que las comidas se sirvan a la misma hora todos los días para que los niños se acostumbren a comer a esas horas.

 

Ofrecer variedad

Introducir una variedad de alimentos en la dieta del niño no solo asegura una nutrición equilibrada, sino que también puede despertar su interés por la comida. Involucra a tus hijos en el proceso de selección de alimentos y preparación de las comidas. Dejar que participen y elijan entre opciones saludables les puede dar una sensación de control y hacer que estén más dispuestos a probar nuevos alimentos.

 

Crear un ambiente positivo

La hora de comer debe ser agradable y libre de presiones. Evita convertir la comida en un campo de batalla. En lugar de forzar al niño a comer, ofrécele opciones y permite que decida cuánto quiere comer. Elogia sus elecciones saludables y su disposición a probar alimentos nuevos, en lugar de centrarte en la cantidad de comida que ingiere.

 

Reducir las distracciones

Asegúrate de que la hora de la comida esté libre de distracciones como la televisión, tablets o juguetes. La atención del niño debe estar en la comida y en el acto de comer, lo que puede ayudar a mejorar su apetito.

 

Ofrecer alimentos nutritivamente densos

Si tu hijo come poco, es importante asegurarse de que lo que come sea nutricionalmente denso. Alimentos como los aguacates, los huevos, los lácteos enteros, las legumbres y los cereales integrales son opciones excelentes. Estos alimentos proporcionan las vitaminas, minerales y calorías necesarias para el crecimiento y desarrollo del niño, incluso en pequeñas cantidades.

 

Consultar a un profesional

Si después de intentar varias estrategias el problema persiste, o si hay preocupaciones sobre el crecimiento o el desarrollo del niño, es importante consultar a un pediatra o a un nutricionista pediátrico. Pueden ofrecer orientación específica y personalizada, y descartar cualquier condición médica que pueda estar afectando el apetito del niño.

 

Conclusión

La preocupación por que los niños no coman lo suficiente es común, pero con enfoques pacientes y positivos, los padres pueden ayudar a sus hijos a desarrollar hábitos alimenticios saludables. Recordar que cada niño es único y que lo que funciona para uno puede no ser adecuado para otro es clave. La clave está en ofrecer apoyo, comprensión y opciones saludables que fomenten una relación positiva con la comida desde una edad temprana.