Pareja, familia, amigos… Las distintas opciones de amistad, desde la más superficial a la más íntima, juegan un papel determinado en la felicidad y el bienestar de una persona. Así lo ha demostrado de forma científica una extensa investigación realizada en el Reino Unido. En este artículo se describe por qué la amistad es un componente importante de la felicidad y qué aportan los distintos tipos de relación de amistad. 

Contar con un círculo amplio de amigos ayuda a hombres y mujeres de mediana edad a tener un mayor sentido del bienestar y de felicidad, según un estudio reciente. Los investigadores, del Colegio Universitario de Londres (Reino Unido), han basado su observación en más de 6.500 británicos nacidos en 1958 y a quienes se dio seguimiento hasta la mediana edad. El análisis, que publica la revista ‘Journal of Epidemiology and Community Health’, concuerda con los hallazgos de investigaciones anteriores.

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Se ha confirmado de forma empírica que todas las relaciones afectivas están directamente relacionadas con mayores niveles de satisfacción subjetiva

 

Amistad: un ingrediente de la felicidad

Dice una frase conocida que hay tres claves para la felicidad: la salud, el dinero y el amor. Pero, en términos científicos, no se ha podido demostrar que la salud aporte una felicidad duradera, ni que su falta implique infelicidad; tampoco que el dinero otorgue de manera automática la felicidad. En cambio, sí se ha confirmado de forma empírica que el amor (entendido como todas las relaciones afectivas) está directamente relacionado con mayores niveles de satisfacción subjetiva y, en consecuencia, con la felicidad.

La amistad es una de estas relaciones afectivas, junto con las relaciones de pareja y la familia. Las tres funcionan como base sólida de la verdadera felicidad psicológica humana, como han comprobado varios estudios, aunque sin llegar a recabar el porqué.

 

Felicidad según el grado de amistad

La libertad para escoger relaciones genera una gama de opciones de amistad, desde la más superficial a la más íntima, y todas ellas juegan un papel determinado en la felicidad y el bienestar de una persona. La clasificación más habitual, que cita Zaccagnini en el artículo "Amistad y bienestar psicológico: el papel de los amigos", es la que distingue entre los amigos íntimos, los buenos amigos, los amigos circunstanciales, los conocidos y los desconocidos (con los que en alguna ocasión esporádica se puede llegar a compartir un momento o cosa). Algunos autores incluyen también el amor.

  • La amistad íntima, la que supera pruebas vitales como divorcios, cambios de residencia, matrimonios o cambios de estatus social, entre otras circunstancias, tienen una importancia psicológica muy importante porque suponen un apoyo emocional en momentos críticos. Es un tipo de amistad que supera el espacio y el tiempo (a veces podemos estar años sin saber de ellos), pero la mera existencia del conocimiento de esa amistad proporciona una gran seguridad afectiva. En general, solo se tienen tres o cuatro amigos de este tipo.

  • Los buenos amigos también juegan un papel importante en el bienestar psicológico, sobre todo respecto a la autoestima y el reconocimiento (motivación inherente en el ser humano). Con estos amigos se sale, se comparten conversaciones, se realizan actividades (habituales o no) por afinidad de gustos e, incluso, se les tiene un cierto grado de confianza.

  • Los amigos más numerosos son los amigos circunstanciales. Estos se tienen porque las situaciones «obligan» (por el trabajo o por alguna actividad lúdica), pero con quienes se siente una conexión especial que hace ir más allá de la mera obligación de mantener una relación. Se basa, sobre todo, en el respeto mutuo y los intercambios de ayuda puntuales relacionados con la circunstancia que mantiene la unión.

    A menudo, se profundiza en alguna de estas relaciones circunstanciales. Y aunque no se le da mucha importancia a este tipo de relaciones, sí que aportan la felicidad cotidiana porque son con quienes uno pasa la mayor parte de horas del día. En varias investigaciones se ha constatado que el esfuerzo por parecer simpático, por la falta de confianza que se tiene con alguien, favorece el buen estado de ánimo.