La Associació de Veïns Salvem el Parc, constituida para evitar el traslado del Mercat de l'Estrella a los Jardins del Baix Guinardó, hecho que supondría la devastación de un 38% de esta zona verde del distrito de Horta-Guinardó de Barcelona, persisten en la lucha por vía judicial para conseguir parar el proyecto. En este sentido, el pasado 20 de junio y a requerimiento del juez, entregaron documentación para evitar el traslado ampliando el contencioso administrativo presentado el 14 de abril, en el marco del cual pidieron medidas cautelarísimas con un objetivo claro, paralizar las obras de traslado, unas obras que, de hecho, todavía no han empezado, aunque el inicio podría ser inminente.

"Solicitamos la suspensión del traslado", ha señalado uno de los portavoces de la asociación, Joseph Maas, recordando que situar el mercado sobre el estanque del parque y su área de influencia supone la "irreversibilidad de las obras, ya que no se trata de una instalación móvil o desmontable". Por su parte, David Plaja, vicepresidente del Consell del barri del Baix Guinardó, ha recordado que no hay "ningún estudio técnico concluyente con respecto a la memoria medioambiental" y ha insistido en que los vecinos, comerciantes y entidades del barrio, "no queremos mercados caros y vacíos como el de la Estrella, queremos más parques útiles como el del Baix Guinardó".

En este contexto, los vecinos de los Jardins del Baix Guinardó mantienen su lucha para evitar el traslado, aunque el gobierno municipal tenía previsto empezarlo en las próximas semanas. De hecho, los vecinos, que no han tenido contacto reciente con el consistorio, se muestran confiados a obtener una resolución judicial favorable, aunque todavía no han obtenido respuesta con respecto a las medidas cautelarísimas reclamadas, que supondrían la paralización de los trabajos hasta que hubiera un fallo judicial firme. "Somos un barrio organizado y el mercado no se hará", ha proclamado Roser Urgellés, miembro de la asociación vecinal.

Un largo toma y daca con el Ayuntamiento

La raíz del problema se encuentra en la intención del Ayuntamiento de Barcelona de situar en estos jardines una carpa provisional de 1.750 m² para acoger a los paradistas del Mercat de l'Estrella, un edificio situado en la calle de Pi i Margall 73-75 (en el distrito de Gràcia) que acoge el mercado desde 1957, pero que presenta varias deficiencias estructurales, por lo cual es necesario el derribo y la construcción de uno nuevo, unas actuaciones que está previsto que se inicien a principios del año 2026. Es por eso, que el proyecto contempla trasladar, durante un plazo aproximado de tres años, el Mercat de l'Estrella sobre el estanque de los Jardins del Baix Guinardó. Las nuevas instalaciones contarán con una planta baja, destinada al mercado, y un altillo para la zona técnica.

Sin embargo, esta nueva ubicación se ha tropezado desde el principio con la oposición de los vecinos del barrio, reunidos en la plataforma Salvem el Parc del Baix Guinardó, actual Associació de Veïns Salves el Parc, que han llevado el caso a la justicia. Después de que el anterior mandato de Ada Colau descartara inicialmente esta ubicación, a causa de las múltiples quejas y protestas vecinales, y prometiera buscar una alternativa, a finales de 2022 un golpe de timón puso los Jardins del Baix Guinardó otra vez sobre la mesa como el candidato escogido para acoger el Mercat de l'Estrella. La decisión de colocar el mercado sobre el estanque llegó en marzo de 2023 como último recurso del Ayuntamiento de Barcelona después de descartar situarlo en la zona arbolada de los jardines. Este movimiento, igualmente criticado por las plataformas vecinales, evita talar 25 árboles, pero, en cambio, comporta vaciar el estanque con motivo de la construcción de la carpa.

Las preocupaciones de los usuarios recaen principalmente en la desaparición del estanque y la ocupación de una gran parte de la superficie de los jardines por el mismo mercado y por|para las tareas de transporte, impidiendo y limitando el uso social y recreativo. Por ejemplo, quedaría suprimida la zona de juego infantil. Además, hay que tener en cuenta que el lago es una zona de nidificación de patos y un punto de encuentro para practicar el modelismo naval, así pues, esta reconversión podría dejar especialmente damnificados a estos usuarios.