Después de que este domingo, con motivo de la celebración del 12 de octubre, el paseo de Gràcia apareciera con banderas españolas colgadas de sus farolas, el grupo municipal de Junts per Barcelona ha reprochado al gobierno municipal que no las haya retirado con celeridad. De hecho, este partido acusa al alcalde, Jaume Collboni, de “doble vara de medir” respecto a las senyeres y ofrendas florales que se depositan en el entorno del monumento a Rafael Casanova el Onze de Setembre, Dida Nacional de Catalunya. En este sentido, el presidente del grupo de Junts BCN, Jordi Martí Galbis, ha registrado un ruego que reprocha al gobierno socialista su celeridad para limpiar las ofrendas florales y senyeres en el monumento a Rafael Casanova cada Diada, mientras tolera durante más de 24 horas las banderas que incumplen la Ordenanza del Paisaje Urbano.

Martí Galbis reclama a Collboni que “ordene la retirada inmediata de las banderas españolas instaladas ilegalmente en las farolas del paseo de Gràcia” durante la manifestación por la hispanidad del pasado domingo 12 de octubre. Para Junts, estas banderas contravienen la Ordenanza Municipal sobre el Uso del Paisaje Urbano de la ciudad de Barcelona, y reprochan al gobierno municipal que “los servicios municipales aún no han procedido a su retirada, a pesar de su obligación de velar por el cumplimiento de la normativa y por el civismo en el espacio público”. En el ruego registrado, Jordi Martí Galbis pide formalmente al gobierno municipal que “ordene la retirada de las banderas españolas instaladas en las farolas de paseo de Gràcia durante la manifestación por la hispanidad del día 12 de octubre, velando por el civismo en el espacio público”.

El españolismo pincha, con 3.700 asistentes

En cuanto a la manifestación de la Hispanidad, solo unas 3.700 personas, según la Guàrdia Urbana, secundaron la movilización convocada por Catalunya Suma y España y Catalanes, con el apoyo del PP, Vox, Ciudadanos, Societat Civil Catalana y la fundación DENAES, entre otras entidades españolistas. La marcha empezó en el paseo de Gràcia, a la altura de la Pedrera, y terminó el recorrido en la plaza Catalunya, donde se leyó un manifiesto. El texto denunciaba que el gobierno de Pedro Sánchez ha convertido España en “rehén de siete votos separatistas”. Durante los parlamentos también ha habido alabanzas a la opositora venezolana Maria Corina Machado, nuevo Nobel de la Paz.

La manifestación transcurrió por el centro de Barcelona entre proclamas contra el gobierno español y contra los independentistas. La mayor parte de la marcha ha transcurrido en un ambiente festivo, acompañado de danzas folclóricas de Hispanoamérica. Según la Guàrdia Urbana, ha reunido a 1.200 manifestantes y 2.500 folclóricos. En la convocatoria estuvieron presentes dirigentes de partidos españolistas como el líder del PP en Catalunya, Alejandro Fernández, o el presidente de Vox en Catalunya, Ignacio Garriga, además de diputados en el Parlament y concejales en el Ayuntamiento. Los manifestantes tras la cabecera de Vox gritaron “Pedro Sánchez hijo de puta”, “Puigdemont a prisión” o “España cristiana y no musulmana”.