La entidad Hablamos Español —defensora de la supremacía del castellano en todo el territorio del Estado y organizadora de controvertidas manifestaciones en favor de la castellanización a todos los niveles de Catalunya— junto con la asociación Convivencia Cívica Catalana, ha puesto en marcha una recogida de firmas que tiene como objetivo la castellanización del Ajuntament de Barcelona por medio de una iniciativa ciudadana que, en caso de lograr 15.000 firmas en un plazo de seis meses, podría comportar que se iniciara el proceso para cambiar la normativa, lo cual no implica necesariamente su aprobación. Según han informado los mismos convocantes, el objetivo de la iniciativa es acabar con un supuesto "régimen monolingüe en catalán del Ayuntamiento".

Hablamos Español, que define el catalán como "lengua regional" en un vídeo promocional de la campaña y evita en todo momento referirse a la lengua que defienden como 'castellano' —en flagrante contradicción con el artículo tercero de la Constitución española, los usos y costumbres de Catalunya e incluso con la célebre mentira proferida por Juan Carlos I cuando afirmó que "a nadie se le obligó nunca a hablar en castellano"— considera que el Ajuntament de Barcelona debería utilizar el castellano en aspectos como el nomenclátor, la cartelería y rotulación, la atención ciudadana o las campañas divulgativas, entre otros, así como acabar con la preferencia por el catalán en situaciones como la locución telefónica.

El catalán, en retroceso en Barcelona

Precisamente, la campaña llega en un contexto de retroceso de la lengua catalana en Barcelona, donde, según datos de finales del año pasado, el uso del catalán no alcanza el 25% entre los jóvenes en la mitad de los distritos de la capital de Catalunya, lo que hizo que el consistorio, con Ada Colau en la alcaldía, impulsara a principios de este 2023 un plan de choque para fomentar el uso del catalán, pactado con el PSC, en aquel momento socios de gobierno, y con el apoyo explícito de los grupos municipales de ERC y Junts per Catalunya.

Asimismo, conviene recordar que, a raíz de las elecciones municipales del pasado mes de mayo, el bloque de la derecha españolista —el único que a priori apoyaría la iniciativa, ya que llevaban propuestas similares en sus programas— ha pasado de ocho a seis concejales, lo cual implica muy pocas posibilidades de que la iniciativa tire adelante en caso de que se consigan las firmas necesarias, que además tienen que ser de residentes censados en Barcelona, a diferencia de otras campañas, sin éxito, que permitían recoger firmas en contra del catalán hasta en Madrid.