La antigua estación de Correus de la línea 4 de Metro de Barcelona es un viejo vestigio de otra época que quedó congelada en el tiempo el 20 de marzo de 1972, ya hace más de medio siglo, cuando quedó fuera de uso en el marco de la prolongación de la línea en dirección a la Barceloneta, que hacía innecesaria una estación a medio camino entre esta y la de Jaume I. Profundamente alterada por aquellas obras, solo quedó como recuerdo un andén de servicio, pero también varios elementos patrimoniales, como los letreros de la misma estación o varios reclamos publicitarios.
Cincuenta y un años después, TMB se prepara para hacer unas obras de gran magnitud en la L4 del Metro, que comportará un corte de un tramo significativo de la línea amarilla durante el verano, entre las estaciones de Verdaguer y Bogatell durante julio y entre Verdaguer y Barceloneta en agosto. Estas obras servirán básicamente para renovar la vía en todo este tramo de la L4, similar a la que se hizo en verano de 2022 en la L5, de manera que se sustituirá el balasto y las traviesas por una nueva vía hormigonada que servirá para modernizar la vía y reducir las vibraciones que se notan en superficie al paso del metro.
Como se puede observar, estas obras afectan de lleno al tramo ocupado por los restos de la estación de Correus, actualmente solo visibles, brevemente, por el viajero atento entre Jaime I y Barceloneta, en dirección a La Pau. Con todo, no se prevé ninguna actuación específica aparte de la sustitución de la vía como en el resto del tramo afectado, aunque podría ser una buena ocasión para hacer una intervención. En la presentación de los trabajos y cortes de verano, fuentes de TMB señalaron que en esta estación no se haría nada, "porque allí no hay nada", pero el hecho es que, inicialmente, sí que se habían previsto actuaciones específicas.
"Preservar las letras del letrero CORREOS"
De hecho, según la documentación de licitación de obra, en el pliego de condiciones técnicas del 'Proyecto y obra renovación de vía Línea 4: Barceloneta - Verdaguer' de mayo de 2022 se especifica entre los trabajos a proyectar y ejecutar el de "Acondicionamiento del antiguo andén de la estación de Correos". En concreto, se apuntan varias actuaciones, como la retirada de balasto depositado en el antiguo andén y la demolición de este, pero también el saneamiento del alicatado y las losetas de las antiguas hornacinas, y con respecto a los restos patrimoniales, se señala la intención de "preservar los carteles publicitarios existentes y preservar las letras del letrero CORREOS".
Desgraciadamente, estas intervenciones de preservación patrimonial pasarán de largo en la antigua estación de Correos, que aparte de estar en desuso desde hace más de medio siglo, tenía una configuración singular, ya que fue diseñada como estación término, con una sola vía, un andén general por donde accedían los pasajeros y un andén mucho más estrecho, de un metro y medio, que servía únicamente de salida y también para que el maquinista fuera del primer vagón al último y así poder cambiar el sentido de la marcha. El andén general fue demolido para poder extender la segunda vía, y por eso solo quedó el andén de servicio.
Carteles congelados en el tiempo
Ahora bien, de esta estación fantasma, cuyo acceso estaba justo delante de la fachada principal del edificio de Correos, también quedaron, congelados en el tiempo, buena parte de los carteles publicitarios del momento, una reliquia que a veces aflora también en otras estaciones, como ha pasado recientemente en los andenes de Jaume I y en el vestíbulo de la de Verdaguer en forma de trabajo de estudiantes. En el caso de Correus, quedan restos de carteles de marcas comerciales como tiendas de muebles y de alimentación, así como unos singulares carteles de propaganda política del año 1971 que pedían el voto para el empresario y político Eduard Tarragona i Corbella (Balaguer, 1917 - Barcelona, 2007) que pertenecían a la campaña electoral para Procuradores en Cortes del año 1971 por el tercio familiar, dentro del sucedáneo franquista de la democracia orgánica, que permitía unas elecciones que no tenían nada de democráticas.
Además, también es reconocible el letrero con el nombre de la estación en castellano, 'Correos', uno de los elementos que inicialmente se tenían que preservar aprovechando las obras de cambio de vía que afectarán a la L4 durante todo el verano de este 2023. Finalmente, sin embargo, no hay ninguna actuación prevista en este tramo histórico del Metro de Barcelona. Según los planes actuales, aparte del hormigonamiento de la vía como el resto del tramo afectado, las obras pasarán de largo de los restos históricos y patrimoniales. ¿Otra oportunidad perdida para TMB?