Los cambios de nombre de calles, históricamente, han ido a remolque de los cambios políticos y, en menor medida, sociales, y la aparición del nomenclátor franquista es un buen ejemplo, cuando después de la victoria fascista se purgaron los nombres de muchas ciudades y pueblos de toda España para borrar todo rastro de republicanismo y, en el caso de Catalunya, de catalanismo. Unos cambios que fueron revocados con la llegada de la democracia aunque todavía queda algún cartel persistente.

Cambiar nombres de calles, en todo caso, es un procedimiento habitual que refleja los cambios que experimenta la sociedad y no son exclusivos de épocas de guerra o dictadura, sino que también son habituales en democracia. ¿En la ciudad de Barcelona, como se cambia el nombre de una calle?

Procedimiento abierto a la ciudadanía

Cambiar el nombre de una calle en la ciudad de Barcelona tiene un procedimiento perfectamente reglado pero abierto a la ciudadanía. De hecho, el mismo ayuntamiento o cualquier persona, entidad tanto pública como privada o asociación de cualquier tipo y ámbito, tienen capacidad para proponer un cambio de denominación de una calle o bien para proponer un nombre concreto en una calle o espacio todavía sin nombre. La misma web municipal tiene un espacio habilitado para hacer propuestas a tal efecto.

Letrero de una vía que ya no existe, actulmente es la avenida de la Riera de Cassoles / Canaán

El organismo municipal que gestiona las peticiones y decide los cambios es la Ponencia del Nomenclátor, una comisión interdisciplinar municipal que se encarga de recibir las propuestas, estudiarlas y consultar los distritos municipales. Si la Ponencia llega a un acuerdo favorable para el cambio, eleva la propuesta a la alcaldesa, encargada de firmar la aprobación definitiva del cambio de denominación.

Nombres de persona: cinco años tras la muerte

En Barcelona, para dedicar una calle a una persona concreta es necesario que hayan pasado, como mínimo, cinco años desde su muerte, un plazo obligatorio que sólo tiene una excepción prevista, que la persona en cuestión hubiera recibido, en vida, la Medalla de Oro de la Ciudad.

A modo de ejemplo, para dedicar una calle a la activista antifascista Neus Català -traspasada el 13 de abril del 2019- o al divulgador científico Eduard Punset -traspasado el 22 de mayo del 2019-, hay que esperar a abril y mayo de 2024, respectivamente.

Feminización del nomenclátor

En los últimos años el actual gobierno municipal ha llevado a cabo muchos cambio de nombres de calles y otros espacios públicos, buena parte de ellos con una tónica general, intentar equilibrar la gran diferencia entre calles dedicadas a hombres y los que llevan nombre de mujer, que actualmente son en torno al 8% del total. Entre estos cambios se incluyen los más recientes, como la calle de Elisa Moragas i Badia -hasta el 9/9/21, calle de los Reyes Catòlics- o la calle de Emilia Llorca Martín -hasta el 14/1/21, calle de l'Almirall Aixada-, los cuales no se escapan de una intencionalidad de eliminar nombres con contenido político.

Otra tónica es la de suprimir nombres relacionados con la monarquía actual, y como ejemplos recientes se lo encuentra la avenida de la Riera de Cassoles -hasta el 31/3/19, avenida del Príncep d'Astúries- y la avenida dels Quinze -hasta el 7/2/19, avenida de Borbó-. En estos dos casos se recuperaron denominaciones tradicionales de aquellas vías.

 

Imagen principal: Este mes de septiembre la calle de los Reis catòlics ha pasado a llamarse de Elisa Moragas i Badia / Barcelona.cat