El gobierno de Ada Colau ha dado un paso atrás y se está replanteando ahora si ceder o no los colegios para el referéndum del 1-O. Así lo publica hoy El Periódico, que explica que, aunque Colau garantizó la semana pasada que Barcelona pondrá "todas las facilidades" para celebrarlo, ahora quieren ser prudentes y no jugarse su relación en el gobierno municipal con el PSC.

Un nuevo giro hacia la posición del 'no' después de que el grupo municipal del PDeCAT en el Ayuntamiento de Barcelona anunciara una proposición donde planteaba explícitamente la cesión de colegios electorales el 1-O. Una propuesta que implicaba un posicionamiento por parte de los comuns pero que finalmente no se dará ya que la propuesta no llegará al plenario: el grupo Demòcrata la retiró porqué el equipo de Colau había amenazado de tumbarla.

BComú lo justifica bajo el argumento que eso "es uno 'no' a la instrumentalización del Ayuntamiento" y aseguran que precisamente por eso el viernes votarán en contra de una moción de Cs que niega cualquier tipo de colaboración con el 1-O.

No obstante, Trias espera que el gobierno de Colau vuelva a posicionamientos favorables a la corriente del 'sí' ya que "Barcelona no se puede permitir votar en contra de esta propuesta" y pide "reflexión" y "diálogo" con la Generalitat para encontrar una salida a esta situación.

Además, Colau ya soltó ayer que espera que "algún día el PSC esté a favor del referéndum", aunque puntualizó que el pacto que ahora tienen "es de ciudad" y los posicionamientos al respecto, "diferentes".

Este cambio de rumbo de Colau se produce el mismo día en que el secretario del PSC, Miquel Iceta, avisara de que el PSC "no participaría con gobiernos que se saltaran la ley".