El Ayuntamiento de Barcelona ha convocado un pleno extraordinario este viernes a las 11 horas para intentar aprobar en tiempo de descuento el plan de usos del Eixample, aunque a estas alturas no hay ninguna garantía de que salga adelante. La segunda teniente de alcaldía, Janet Sanz, ha explicado que llevarán a votación la misma propuesta que la semana pasada evidenció las diferencias entre comunes y socialistas y obligó a Colau a retirar la propuesta del pleno para evitar una derrota. El único cambio de cara al viernes será la incorporación de la propuesta del grupo municipal de Esquerra Republicana de incluir una cláusula de revisión para el ámbito de Sant Antoni dentro de un año. Sanz ha reconocido que hasta ahora no ha habido ningún avance en las negociaciones y que es posible que el plan no se apruebe el viernes, pero ha apelado a la responsabilidad de todos los grupos.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ya había adelantado hace unos días que se convocaría este pleno extraordinario ante la urgencia por aprobar el plan de usos. La teniente de alcaldía de Ecología, Urbanismo y Movilidad ha confirmado que este viernes es la última oportunidad para evitar que, a partir del 13 de marzo, llegue una avalancha de peticiones para obtener nuevas licencias de bares y restaurantes en el Eixample que tendrán que ser admitidas. Así, suponiendo que desde su aprobación en el pleno se necesita un margen de entre 25 y 30 días hasta que salga publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Barcelona (BOPB), se trabaja en el límite del calendario. "Hay un riesgo jurídico de que esta aprobación llegue tarde", ha alertado Sanz.

La propuesta de ERC, última opción para desencallar las negociaciones

La segunda teniente de alcaldía ha valorado la propuesta de ERC como "un buen punto de partida con el que todo el mundo puede sentirse cómodo" de cara a las negociaciones, y ha afirmado que los comunes continúan en conversaciones con todos los grupos para "conseguir el máximo apoyo" y que se apruebe el documento. Desde el PSC han informado de que están "evaluando" la propuesta para decidir si "genera el consenso necesario", aunque han coincidido en el hecho de que "la prioridad es que el Eixample tenga plan de usos". Una respuesta que no confirma si los socialistas darán apoyo.

La principal desavenencia entre los socios de gobierno se encuentra en el espacio que debe someterse a regulación. Así, el PSC apuesta por mantener restricciones estrictas en once calles con más riesgo de convertirse en monocultivos, como el de Enric Granados, y una normativa más laxa en el resto. BComú, en cambio, quiere hacer extensiva a una cuarentena de calles la protección más restrictiva. La propuesta de ERC mantiene el ámbito que proponen los comunes, pero sugiere incluir una disposición adicional para que se pueda revisar el plan 12 meses después y determinar si hay que hacer alguna "corrección" en la regulación.