El Banco Central Europeu ya lo anunciaba la semana pasada cuando decía que se prevé un estancamiento del PIB en la eurozona para el 2023 a raíz de la crisis energética, que ha disparado la inflación, ha hecho disminuir el poder de compra de las familias y ha obligado a introducir políticas monetarias restrictivas. Las consecuencias afectan a todos los sectores, por ejemplo, en los hornos de pan del estado español ya hicieron un acto de protesta con un paro energético de 15 minutos, apagando las luces y deteniendo su actividad bajo el lema "sin luz no hay pan". Ahora llega el turno a los bares y restaurantes ya que, según se desprende de una encuesta encargada por el Gremi de Restauració de Barcelona, a la cual ha tenido acceso ​El Nacional.cat, un 86,7% de bares y restaurantes de la capital catalana prevén aumentar los precios antes de que acabe el año. Los datos indican que un 77,2% de los locales ya ha incrementado los precios durante este 2022 y que un 86,7% cree que lo tendrá que volver a hacer antes de que acabe el año.

La encuesta ha sido encargada por el gremio a una empresa externa que ha contactado con 738 restauradores de Barcelona que constatan que la recuperación del sector después de la pandemia por la covid será muy difícil por culpa de la inflación. De hecho, la mayoría coinciden en lamentar que a pesar de aumentar los precios de sus productos no podrán cubrir el encarecimiento de los costes. Los datos indican que un 13,3% de locales han aplicado aumentos de menos del 5%, una proporción similar lo ha hecho entre un 5 y un 9%, un 30% de restauradores ha incrementado el precio un 10% y un 38,4% se ha visto obligado a encarecer los precios entre un 11 y un 25%.

 

No se prevén contrataciones

La encuesta también revela que un 85,2% de los restauradores preguntados no tienen previsto contratar más personal durante el próximo año y un 97,3%, una amplia mayoría, no se plantea invertir en mejoras para su local durante los próximos 12 meses. Cuando menos, el dato positivo es que el 95% no se plantea ningún despido de personal a pesar de la delicada situación. La situación ha llevado el sector a un descontento general y a enfadarse con los políticos a los cuales acusan de no ser conscientes del nivel de endeudamiento que ha dejado la pandemia y no tener conocimiento de las dificultades de sacar adelante unos negocios como los suyos en una ciudad como Barcelona.

Problemas con el ayuntamiento

Uno de los principales culpables de los problemas en el sector, según un 33,4% de los encuestados, es el ayuntamiento de Barcelona, seguido de los problemas con las administraciones, el encarecimiento de las tasas de terrazas, las malas previsiones económicas y la reducción de horarios en algunas zonas. Precisamente el jueves de la semana pasada, el consistorio anunció que las terrazas de Enric Granados tendrán que cerrar una hora antes. Así lo anunció en rueda de prensa el concejal del distrito del Eixample, Pau Gonzàlez, que explicó que se hace para reducir el ruido y garantizar el descanso del vecindario. Así, a partir de ahora los bares y restaurantes de esta calle del Eixample tendrán que retirar mesas y sillas exteriores a las 24 h el viernes y el sábado y a las 23 h del domingo al jueves. El mismo horario también se aplica a las terrazas ubicadas en la plaza del Sol y la plaza Revolució, a Gràcia.