Las redes sociales son uno arma muy peligrosa en manos equivocadas. Un coche de carreras de potencia infinita y resultados imprevisibles, si los que están al volante son inexpertos o no tienen la habilidad para utilizarlo. Bien, eso de resultados imprevisibles no es del todo cierto. Más bien, previsibles en el fracaso. Sólo varía la forma y el grado del porrazo. Es lo que está pasando en todo el mundo con una película brasileña, una comedia irreverente, satírica y de temática religiosa, que ha enervado a grupos evangélicos de América del Sur. Ahora sabemos que 'La primera tentación de Cristo' también ha despertado el enfado de la asociación española ultra-religiosa Abogados Cristianos. El mismo grupo que llevó al juzgado a Willy Toledo, ahora ha denunciado a Netflix por tener la cinta en su catálogo, una comedia que presenta a Jesucristo como homosexual. Bien, como "inepto y homosexual", según la misma nota de los abogados.

Primera tentación Crist Netflix

Primera tentación Cristo Netflix

¿Qué ha pasado, sin embargo, con la difusión del cabreo de los letrados cristianos? Qué la red se muere por ver la mencionada película, lo que se conoce como 'efecto Streisand'. Un clásico de nuestros días de existencia virtual. Miles de internautas han visto el llamamiento al boicot promovido por la asociación y han reaccionado con todo tipo de bromas y, sobre todo, haciendo una publicidad impagable de la comedia. "Si mi enemigo no quiere que la mire, la miraré 30 veces". Es lo que pasa con este tipo de movimientos de censura: si no te gusta, no la mires, no hables, no hagas caso. Y sobre todo: no intentes movilizar a las masas, porque te saldrá mal la jugada. Dos pinceladas de lo que se está diciendo en redes.

 

Primera tentación Cristo 2 Netflix

Primera tentación Cristo Netflix

El cine, la literatura, el teatro, la música y el humor siempre han sido vehículos de la libertad de expresión. Y lo seguirán siendo, nos guste más o menos, nos haga más o menos gracia. Pero caer en la tentación (nunca mejor dicho) de querer tapar la boca a aquellos que no se ajustan a tu (hiper)sensibilidad es, sencillamente una tontería. La pregunta es: ¿si en vez de caracterizar a Jesucristo como gay (e idiota supino), lo hubieran hecho de negro, de mujer o incluso de votante de VOX, sufriríamos la cólera de los abogados ultra-religiosos? La pestecilla a homofobia no desaparece con desodorante. Y mientras tanto, la película se convierte en una de las más vistas en Netflix. Bien jugado, madredelamorhermoso.