La reciente muerte del príncipe consorte Enrique de Dinamarca ha hecho salir a la luz las impresiones que tiene la reina Sofía sobre el día que falte. Ha sido el ínclito Jaime Peñafiel quien las ha revelado hoy lunes en su artículo semanal en la revista Pronto.

Si hace unos días hacía saber los humos con los que va la princesa Leonor a la escuela, ahora nos hace partícipes de qué quiere la reina Sofía que hagan con sus restos cuando sea la hora del adiós. Peñafiel escribe sobre el difunto danés, y de lo mal que llevaba que a pesar de ser el marido de la reina Margarita II él 'sólo' fuera príncipe y no rey. "Ser la sombra de su mujer y padre del heredero acabaron con su paciencia. Era como si no existiera", escribe Peñafiel, que añade lo que piensa la reina de los daneses del papel secundario de su marido: "No ha sido fácil para mi marido ser el consorte".

Pues ahora, extrapolen esta situación a la reina de España. Una vida a la sombra de su marido, a la sombra de elefantes y a la sombra de rumores y realidades sobre las amistades del rey Juan Carlos. Pero no hablemos de la vida, sino de la muerte. Porque Peñafiel también revela, como quien no quiere la cosa, las inquietudes que tiene la reina Sofía sobre su traspaso, llegue cuando llegue, y sobre urnas funerarias.

Lo compara con Enrique de Dinamarca, en concreto, con lo que pensaba él mismo antes del inminente momento: "No me casé para ser enterrado en el Panteón Real. Si ella (la Reina Margarita) quiere que me entierren a su lado, me tiene que nombrar rey consorte. Eso es todo", habría sentenciado el malogrado.

Estas palabras le han venido al cronista de la casa real como anillo al dedo, en concreto, al dedo anular, donde se lleva la alianza de casado. Porque esta reflexión le ha recordado a Peñafiel el día que la reina emérita, Sofía, le confesó a la escritora Pilar Urbano en una de sus conversaciones, qué creía que pasaría con su muerte y dónde quería ser enterrada cuando llegara el deceso. Una declaración, cuando menos, sorprendente: "¡Allá ellos! Ese ya no es mi problema. Que hagan con mi cuerpo lo que quieran". Urbano le habría preguntado a la reina: "¿En El Escorial"?, y la madre de Felipe le habría respondido: "No hay sitio ya. Están llenos todos los cajones"... No sé ustedes, pero a mí me ha parecido más como si hablara de cajas de fruta pasada en un supermercado que no de cuerpos de sangre azul en panteones familiares.

No sabemos si tendrá alguna cosa que decir Alfonso Díez, el ex de la duquesa de Alba, y a quien se relaciona con la reina Sofía.