La Casa Real de Holanda vuelve a estar en el ojo del huracán mediático, y en esta ocasión no es por la heredera Amalia, sino por su hermana mediana, la princesa Alexia de los Países Bajos. La joven, que hasta hace poco se mantenía alejada de los focos por sus estudios en Reino Unido, ha reaparecido públicamente en el Gran Premio de Fórmula 1 en Zandvoort, y lo ha hecho generando un auténtico aluvión de opiniones.
El evento, que buscaba mostrar una imagen de unidad familiar tras un largo verano en Grecia, terminó en una inesperada controversia. Las cámaras se centraron en Alexia y su sorprendente pérdida de peso, un cambio tan radical que las redes sociales se inundaron de comentarios y teorías. Algunos aplaudían su estilizada silueta, mientras que otros se mostraban alarmados por un cambio “excesivo” y “preocupante”.
La delgadez de la princesa Alexia enciende las alarmas en Holanda
Los comentarios no tardaron en multiplicarse: su bronceado veraniego, producto de sus días en playas privadas y lujosos yates en el Mediterráneo, resaltaba aún más su nueva y esbelta figura, generando un contraste que avivó la polémica. Los medios neerlandeses recogieron rápidamente las impresiones de la ciudadanía, señalando que Alexia había perdido “varias tallas” desde su última aparición.
Presentadoras de televisión como Hélène Hendriks no dudaron en admitir en directo su sorpresa ante las marcadas facciones del rostro de la princesa, más angulosas de lo habitual. Sus piernas también fueron objeto de análisis, con comentarios que oscilaron entre la admiración por su porte y la preocupación por su “delgadez extrema”. “Para ser sincera, la miré con atención y me impactó un poco”, confesó Hendriks en directo.
Rumores sobre estrés, acoso y salud mental en la princesa Alexia
No es la primera vez que Alexia se ve rodeada de rumores. En los últimos meses, se conoció que la joven ha atravesado momentos de alto nivel de estrés debido a episodios de acoso en redes sociales, lo que la llevó a recibir tratamiento psicológico. En este contexto, su cambio físico ha sido interpretado por muchos como un reflejo de la presión que soporta como miembro de la realeza neerlandesa.
Las especulaciones van más allá: algunos sugieren que podría tratarse de un trastorno alimenticio, mientras que otros apuntan al exigente ritmo académico que mantiene en Reino Unido como posible explicación. Sin embargo, la Casa Real de Holanda guarda un silencio absoluto. No hay comunicados oficiales, ni intención de exponer a Alexia a la vorágine mediática que ya persigue sin tregua a su hermana Amalia. Sin embargo, el hermetismo institucional no impide que la conversación crezca en redes sociales y foros digitales. Mientras la reina Máxima se muestra sonriente en cada aparición, los ojos del público están puestos en su hija mediana, cuyo físico parece haberse convertido en el nuevo tema de debate nacional.
La pregunta ahora es clara: ¿se trata simplemente de un cambio físico común asociado a su juventud, o existe un trasfondo más profundo? Lo cierto es que, pese al silencio oficial, la preocupación se extiende tanto en Holanda como fuera de sus fronteras. La princesa Alexia ha pasado de ser una figura discreta a estar en el ojo del huracán mediático, una tormenta que parece que no va a calmarse pronto.