Se podrían decir de él muchísimas cosas, y todas buenas. También podríamos resumir cómo es él con una sola palabra marca de la casa: apustuflant. Así es el gran Jordi Robirosa. Un tipo querido por todo el mundo: por los muchos compañeros que han estado con él durante tantos años en TV3, por las nuevas generaciones de profesionales que han compartido redacción con él, por sus amigos, que son muchos, o por su querida familia, que lo adora. Ahora ha decidido colgar las botas. O en su caso, el micrófono. Porque sentía que ya había llegado la hora de jubilarse. Hace unos meses, Helena Garcia Melero, cuando esta le rogó que "no te tendrías que jubilar nunca, Jordi Robirosa. No lo hagas. Pero ¡si estás como unas castañuelas!", él lo tenía claro: "Sí, mujer, sí. Todo tiene su final. Helena, mi tiempo ya se ha acabado. Ya está, no pasa nada".

jordirobirosa 1746969939 3630169426209791958 2164007622
Jordi Robirosa IG
jordirobirosa 1751407704 3667396090161076394 2164007622
Jordi Robirosa, con su buen amigo Nacho Solozábal, dos mitos IG

Sí que pasa. Pasa que los espectadores añoraremos a un profesional de la cabeza a los pies, un periodista empático, que ama su trabajo, que adora el baloncesto y que transmite con pasión y un estilo propio los partidos. Pero después de muchos años haciéndolo, sentía que ya era suficiente. Jordi ha sido tan buen profesional, que incluso, ha esperado a jubilarse para estar de baja por un motivo de peso. Él mismo lo ha comunicado a sus seguidores en redes. Y es que Robirosa ha tenido que pasar por el hospital por una causa mayor: "No me gustaba nada coger bajas en el trabajo, por eso he esperado a la jubilación para operarme de una molesta y, hasta cierto punto, amenazadora hernia inguinal".

jordirobirosa 1757385825 3717544209121711184 2164007622
Jordi Robirosa, recién operado IG

Pero ni el hecho de pasar por quirófano ha hecho que Jordi haya perdido sus capacidades de observación y su amor por nuestra lengua. Ferviente defensor del catalán, cuando a su alrededor ve alguna cosa o siente alguna palabra que lo reconforta, se emociona. Al igual que pasa al revés, que cuando ve que el catalán no se defiende como Dios manda, se entristece. No ha sido así en el hospital, sino que esta vez, le ha tocado vivir una buena. Porque desde allí, "en la sala de operaciones, he comprendido que todas las que estaban por mí eran mujeres, lo que, creedme, me ha reconfortado". Y todavía más cuando ha oído hablar a las doctoras, las enfermeras y las anestesistas: "Y al oírlas hablar en catalán, una lágrima me ha deslizado mejilla abajo". Lo mejor, la conversación con la doctora al ver la lágrima: "la cirujana me ha dicho: 'Jordi, no pases pena: todo irá bien'", y él le ha respondido: "Lo sé doctora, lo sé: lloro de emoción al oíros a todas hablar en catalán'... Y entonces la anestesia me ha llevado por el limbo de una dulce inconsciencia". Un Jordi que "dentro de unas horas estaré en casa donde me atenderá Carina. Casi medio siglo de amor también genera ternura y su condición de experta doctora, consuelo. Eso también debe ser la felicidad".

jordirobirosa 1735645100 3535169783390824516 2164007622
Jordi Robirosa, con su querida mujer, Carina IG

No se puede ser mejor persona y no estar más enamorado de su lengua y de la mujer de su vida. Esperemos que el bueno de Jordi se recupere muy pronto.