El día llegó: 5 de enero de 2018. El anterior jefe del Estado cumplió 80 años sin celebración pública. La única fiesta ha sido privada, una comida en la Zarzuela de Juan Carlos con su todavía esposa y dos de sus tres hijos. La única que había de venir expresamente era la infanta Cristina que vive en Suiza mientras su marido espera la decisión del TS para ingresar en prisión. Iñaki Urdangarin no estaba invitado así que la única familia política que sale a la foto del homenajeado es su joven Letícia. La reina manda mucho, como se ha demostrado con el asunto Tous, tanto como para impedir que su cuñada Cristina, ya absuelta de todo delito, coma a la misma mesa que el rey Felipe. La hija pequeña de los monarcas vive desterrada sin agenda pública y muy de vez en cuando vuelve a casa. Tener un padre octogenario se merecía tener que soportar una mala cara de su cuñada pero Cristina ha vuelto a hacer uno feo a su progenitor: estaba invitada y anunciada su presencia pero no se presentó. Zarzuela mostró la estampa navideña con Juan Carlos emocionado y su primogénita Elena pasándole la mano por el hombro. Froilán mira hacia la puerta y hace ojitos, quizás por el vino de la comida, la infanta Sofía sonríe desencajada y Letizia parece de cera.

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La agenda de los reyes está vacía todas las fiestas de cabo a rabo: entre el discurso de Navidad y la Pascua Militar del día de Reyes no hay actividad. Así que el primer acto oficial será organizado ppor el Ministerio de Defensa y allí encontraremos una foto inédita desde hace meses: los dos reyes juntos. Está previsto que en su discurso castrense, el jefe de las Fuerzas Armadas, Felipe VI, dedique unas palabras a su predecesor y padre. La propia Zarzuela advierte que este es el primero de los actos para celebrar que Juan Carlos hace 80 años, los mismos que hará la reina Sofía el 2 de noviembre. Felipe hará 50 este enero pero ya tiene bastante trabajo para complacer las ganas de su padre de ser recordado.

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Cuando reinaba, el rey acostumbraba a recibir un regalo envenenado por su cumpleaños: un concierto de música clásica que tanto gustan a la reina Sofía y que tanto aburren el cazador Juan Carlos. Este año ni eso. Abrirá los regalos que le haga su familia, entre los cuales ya no habrá armas, a pesar de Letiza compró un rifle a su marido. La afición por la caza ha pasado del padre al hijo y a la nuera.

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Finalmente Zarzuela se sale con la suya. Los amigos del rey emérito querían una celebración pública en reconocimiento al reinado de casi 40 años que no se producirá. Hay pocas coincidencias públicas de los dos reyes como hay pocas de los dos papas, Benedicto XVI y Francisco. No hay ninguna ley que regule el protocolo de los dos monarcas y por eso Juan Carlos no se presentó en la celebración de los 40 años de las primeras elecciones democráticas el pasado mes de junio. Algunas fuentes sostienen que tenía un lugar reservado fuera del palco donde sólo había los actuales reyes. Algún miembro destacado de la derecha española asegura que Juan Carlos plantó a su hijo por temor a que los diputados de Podemos le llamaran "ladrón". Fuera de los focos, Juan Carlos volverá para un acto militar. Y después seguirá en su barco de Galicia y con sus amigas especiales.