Imagen distendida -y sorprendente- la que se ha visto esta mañana en el bar del Parlament que, contrasta con la dureza de las escenas vividas los últimos dos días en el pulso entre el Govern i el Estado. El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, se ha encontrado con la expresidenta del PP en Catalunya, Alicia Sánchez-Camacho, en el bar de la Cámara catalana y han mantenido una conversación de veinte minutos. Incluso han compartido un café de pie.

La buena sintonía exhibida ha llegado al punto que el president, ha invitado -y hecho- el café de Camacho en la máquina del bar. Todo entre sonrisas de los dos protagonistas. De hecho, como han recordado Camacho, los dos son gerundenses y se conocen desde hace años.

"Café para todos!", ha ironizado el president mientras ofrecía la sacarina a la política conservadora con un "si quieres lo disuelvo, eh?" "Endulcemos la vida", replicaba la parlamentaria popular.

Todo después de una conversación de casi veinte minutos de pie en que, como no podía ser de otra manera, también se ha hablado del procés. "Que tengamos sentido común, que la convivencia está por encima de todo", habría reclamado la presidenta del PP.

Mientras los dos políticos conversaban, en presencia del portavoz adjunto del PP, Santi Rodríguez, y el jefe de gabinete y el de comunicación del president, Josep Rius y Pere Martí, se ha presentado la diputada Andrea Levy.

La actual secretaria primera del Congreso de los Diputados ha explicado que habría querido estar estos días en el Parlament, pero no ha podido venir hasta hoy, dado que se encuentra en rehabilitación a causa de un accidente, ya que cayó a las puertas del Congreso. Puigdemont se ha interesado por su estado de salud.

Al acabar, los dos políticos se han despedido con dos besos.