Envapro es una empresa de envases para alimentación y hostelería fundada hace más de 15 años en Getafe. Cuando las palabras reducir, reutilizar y reciclar eran prácticamente desconocidas para la sociedad, Antonio Otero decidió crear unos envases reciclables para lechugas, verduras y demás hortalizas y la acogida fue un éxito. El emprendedor era propietario de una cadena de fruterías y, cansado de que las grandes multinacionales le hicieran la competencia, decidió apostar por los recipientes reutilizables.

El nombre de la firma es la abreviatura de Envases Para Profesionales (Envapro) y, gracias a la pandemia, el temporal Filomena y la guerra en Ucrania, el negocio ha ido viento en popa. El director de operaciones y grandes cuentas de la compañía, Eduardo Díaz, explica en una entrevista en ON ECONOMIA que todo envase de papel lleva un recubrimiento interno de plástico. "Cuando decimos plástico, no estamos hablando de malo, es una laminación que hace de barrera para que el producto se mantenga fresco y protegido", apunta. El directivo añade que son lacados alimentarios, barnices que hacen de barrera para contener la comida. "Aunque haya un poco de plástico, el producto sigue siendo sostenible, porque sabemos separarlo, colocarlo correctamente en la máquina de compostaje y recuperar cada material después de ser reciclado". 

"Somos el bueno, bonito, barato del sector" 

¿Cómo empezó todo? Díaz afirma que empezaron a trabajar con el cartón, los plásticos de las botellas de agua y otros materiales reciclables en 2010 porque veían que empezaba la globalización, el separar de forma correcta los residuos, los problemas con la capa de ozono, la corta de árboles y demás. "Nos adelantamos a un problema, estamos bien posicionados en el mercado justamente porque vimos que al tema de la sostenibilidad no se le daba el bombo suficiente", aclara. "Nosotros reciclábamos nuestro propio excedente, volvíamos a meter los retales en las cadenas de producción y así podíamos volver a fabricar", apunta.

¿Y cuándo llega Envapro a la cima? "Con el estallido de la pandemia nos ofrecimos a la Comunidad de Madrid y a Sodexo -compañía para atender a restaurantes de compañías, colegios y hospitales- para envasar los alimentos que se repartían en los hospitales. Llegó un punto en el que empezamos a colaborar con la ONG de José Andrés y nos convertimos en proveedores de World Central Kitchen", argumenta. "Durante la pandemia, como fue todo solidario, reducimos márgenes. Ahora hemos recalculado los precios y creemos que el incremento de la facturación será superior a la de otros años", indica. "La pandemia y la guerra nos han dado un empuje. Somos el bueno, bonito, barato del sector y esto ha hecho que estemos donde estamos". En este sentido, el negocio calcula que el 2022 lo cerró con unos 10 millones de facturación. 

"Una hamburguesa en papel de aluminio no vende"

El director de operaciones recuerda que el coste de un envase reciclable, completamente ecológico y con la tapa de cartón es de 20 céntimos y que los restaurantes cada vez hacen más hincapié en la repercusión que va a tener. "Tenemos clientes que ofrecen sushi a los clientes y, más allá de la calidad del producto, quieren que el envase sea excelente". En este sentido, desde la compañía madrileña preguntan a cada cliente qué van a ofrecer a los usuarios para saber cómo van a tener que enfocar el envase, cómo lo van a preparar y el margen comercial que se van a llevar. "Una hamburguesa, por muy buena que esté, en papel de aluminio, no vende. Las empresas piden papel antigrasa, presentación correcta y que lleve su nombre en el paquete, por ejemplo". Envapro cuenta con más de 5.400 clientes, entre los que se encuentran marcas como Starbucks, Bits o cadenas importantes en el mercado.

El negocio suma 22 trabajadores y está a punto de ampliar sus instalaciones de Madrid. "La proyección ha sido siempre con los pies en la tierra, poquito a poquito y ahora nos encontramos a un nivel en el que estamos dando cobertura a grandes firmas". La compañía comercializa en la península, aunque también recibe consultas de Portugal y Francia. "Hemos pisado el acelerador en aquello sostenible y estamos orgullosos de ello".

¿España sigue la misma línea o hay que poner las pilas? "Al contrario, cada vez veo más gente que se dedica al packaging sostenible y esto es una muy buena noticia. Las apuestas son buenas, las inversiones interesantes y la carne ya está en el asador. Me gustaría que el tema del plástico bueno no fuese una cosa tan mal vista y que siga habiendo consciencia ecológica". Sin embargo, Díaz critica que también hay mucha hipocresía. “La gente escribe en pancartas que el plástico es malo y lo hacen usando un boli de plástico. No se puede ser tan hipócrita", acaba el directivo.