Cuando la DANA golpeó, este jueves hará un año, los municipios de Valencia, Patricia Muñoz vio como el local de su pequeña empresa de electricidad se inundaba por encima de 1,65 metros de altura. "Todo era basura: los vehículos, los ordenadores, las herramientas. Todo quedó destrozado". Tuvo que pedir préstamos de hasta 120.000 euros con el fin de recuperarlo todo. Su lucha por la recuperación de las empresas le ha valido para convertirse en la nueva presidenta de la Federación de Parques Empresariales de la Comunidad Valenciana (Fepeval). Un año después, "estamos mejor de lo que pensábamos que estaríamos", dice. Pero las empresas de la zona cero están lejos de haberse recuperado del todo. Cortes de luz, incertidumbre con las alertas, bajas laborales por salud mental y desperfectos todavía sin reparar, recuerdan la tragedia.
Sin embargo, la sombra del desastre en el primer aniversario es un trance duro. "Sé que es una semana importante, pero quiero que se acabe pronto. Necesitamos más ayudas, pero no nos ayuda económicamente el estigma, no queremos ser las empresas de la DANA. Tenemos que mirar hacia adelante", reflexiona la empresaria. Su empresa cuenta con un 30% de bajas por salud mental y a esta limitación se le suma la incertidumbre con las alertas. "Con las alertas rojas, está muy claro. Pero con las alertas naranjas, no sabemos qué hacer. Porque el trabajador puede quedarse en casa. Y nosotros queremos que se quede en casa, pero tenemos que cargar nosotros con un gasto que no es culpa nuestra y sin saber exactamente si habrá lluvias fuertes o no. En el último mes, hemos vivido ya tres alertas naranja", explica. Cree que el estado debería hacerse cargo.

Los indicadores de actividad en el sector industrial en la zona cero muestran que los contratos laborales durante los tres primeros trimestres del año han sido superiores a los dos años anteriores, con 2.062 contrataciones en el primer trimestre, 2.346 durante el segundo y 2.136 durante el tercero, según el estudio presentado recientemente por la Cámara de Comercio de Valencia. Municipio a municipio, en 9 de los 14 analizados ha habido un retroceso de empresas dadas de alta en la Seguridad Social. El consumo eléctrico para usos industriales, que cayó un 30,2% el primer mes, aún no ha recuperado los niveles previos al temporal y están muy lejos de la media de la provincia. La matriculación de vehículos industriales ha crecido mucho por encima de épocas anteriores, con un máximo del 30% interanual en el mes de agosto.
Pero Patricia Muñoz explica sobre el terreno la realidad de estas cifras. "Gran parte de estas altas laborales son trabajadores de la construcción. Y claro que la compra de vehículos se ha disparado, porque la lluvia los destruyó", aclara. "Pero la producción en las empresas está muy por debajo. No hemos tenido suficiente dinero para repararlo todo", completa. Y, de hecho, la caída del consumo eléctrico no es solo atribuible
Las riadas, que mataron a 229 personas, obligaron a cerrar 100 empresas, un 6% de las que hay en la zona cero, que no han vuelto a abrir, la mayoría según la Cámara por falta de tesorería para afrontar la reactivación. Estas "no volverán a abrir" y "seguramente, sus propietarios no abrirán otra empresa", explica Muñoz, que añade un componente "emocional" marcado por la tragedia en quienes han decidido plegar. "Hay veces que no te quedan fuerzas. Hablamos de gente que lleva toda su vida dedicada a un negocio y concluye que no puede seguir. Algunos que han perdido sus casas, sus recuerdos e incluso personas cercanas", explica.

"Hay polígonos como Riba-roja que se han recuperado más rápidamente porque tienen empresas más grandes, multinacionales. Otros como Picanya, Paiporta, Massanassa, Catarroja, Albal o Benetússer que son de pymes y les está costando más", resume la portavoz de los polígonos, palabras que coinciden con las cifras que muestran que Albal ha perdido 6 empresas en comparación con el año pasado y Catarroja 9, los que más.
La economía valenciana crece en parte gracias al efecto rebote de los meses posteriores a la DANA y prevé hacerlo un 2,8% este año y un 2,2% en 2026, pero los efectos del temporal y los riesgos en caso de que se produzca otro están muy presentes en el tejido empresarial valenciano y sobre todo en la zona cero.
"Estábamos en zona inundable y seguimos en zona inundable. Y no tengo capacidad para imaginar cómo se pueden trasladar millones de metros cuadrados. Lo que sí se está estudiando es mejorar los planes de emergencia y evacuación. Y pronto se abrirán subvenciones para implantar planes de autoprotección como barreras o elevación de las instalaciones", explica la empresaria.

Después de la DANA, las empresas con seguro tuvieron que pedir al Consorcio de Seguros la compensación de los daños, pero no todo estaba cubierto por los seguros. Algunos bancos ofrecieron créditos a interés cero. En el caso de Patricia Muñoz, Caixa Popular le prestó 50.000, del total de 120.000 que ha recibido en ayudas.
En cuanto a la gestión de las ayudas y la respuesta de las administraciones, aunque "hacen falta más ayudas para dar respuesta a todas las necesidades" generadas por la DANA, Muñoz se encuentra satisfecha con la respuesta estatal y autonómica y evita entrar en valoraciones sobre las protestas contra el president José Luis Mazón. "Las manifestaciones son particulares y habrá empresarios, pero a título de empresas y asociación se ha trabajado muy bien con todas las autoridades. Nos han escuchado y han dado respuesta a las necesidades del empresariado", completa.
Mientras tanto, los trabajos de reconstrucción continúan con un alcantarillado "colapsado en algunos puntos", algunas estructuras por reconstruir y empresas que todavía están en ERTE. "Hubo edificios que se quedaron derrumbados 6 meses después, porque durante mucho tiempo todo flotaba y cuando el agua se absorbió en los cimientos, causó un daño irreparable", explica la empresaria, demostrando los obstáculos que existen para "mirar hacia adelante".