Las pequeñas empresas han sufrido más que las grandes los efectos de la DANA un año después, que durante los primeros días afectó también a las grandes. Un informe de CaixaBank Research muestra que las empresas grandes tardaron 7 meses en recuperar su actividad normal, las medianas están a punto de hacerlo y, en cambio, las pequeñas aún hoy facturan un 10% menos que antes de la DANA.
El gráfico muestra que en los días posteriores la facturación cayó casi un 100% para las empresas pequeñas, poco menos para las medianas y un 85% en el caso de las grandes. Aunque en los primeros meses (hasta el mes de marzo) las grandes fueron más lentas para recuperar la facturación, desde la primavera hasta el mes de septiembre las pequeñas han sufrido mucho más.
El estudio también compara el impacto de las lluvias en el consumo de las familias. Aquellas con menos ingresos llegaron a gastar un 82% menos los días posteriores a la pandemia. Posteriormente, sin embargo, la necesidad de recuperar los bienes hizo que tanto ricos como pobres aumentaran el gasto por encima de lo habitual. Lo hicieron más quienes tienen ingresos más altos, que un año después ya han gastado casi un 20% más que el año pasado, mientras que los de ingresos bajos han compensado el gasto inicial y gastan igual que antes.
El estudio muestra la evolución de los gastos con tarjeta durante las 18 semanas posteriores a la catástrofe, que fue más baja que en el resto del estado, hasta que a partir de la semana 20 se equiparó y en las últimas semanas se ha gastado incluso más que en el resto del estado.
El consumo de los residentes de la zona cero llegó a caer un 47% entre el 30 de octubre y el 5 de noviembre. En los comercios, el impacto fue aún más fuerte: la facturación cayó un 83% y el gasto en comercios estuvo en negativo hasta el mes de junio, cuando empezaron a recuperarse.
El informe muestra también cómo los residentes han recuperado su gasto por encima de lo que se ha recuperado el gasto en la zona. Es decir, que los ciudadanos se han recuperado mejor que los comercios. El ejemplo más radical de este contraste es Altafulla, donde mientras que el gasto de residentes se ha recuperado un 25,1% respecto al año pasado, el gasto en la zona tan solo ha crecido un 6%.
Pasa también en Sedaví, donde mientras que los vecinos ya gastan un 18,3% más que el año pasado, el gasto en el municipio es tan solo del 4,4%.
El municipio que menos gasto ha recuperado, tanto por lo que respecta a los vecinos como a sus comercios, es Utiel: los residentes gastan un 7,7% más y en el área hay un gasto un 2,8% superior al de hace un año.