Un nuevo estudio publicado el miércoles por el Consejo Internacional del Transporte Limpio (ICTT), el mismo que el año 2015 ayudó a destapar el dieselgate, aseguró que hasta 19 millones de coches con motores diésel podrían estar hoy día circulando con distorsionadores de emisiones como los que desataron el escándalo que apuntó sobre todo en el grupo Volskwagen. 209 modelos de diésel Euro5 y Euro6 de decenas de fabricantes tienen niveles de emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) "sospechosas" o "extremas" que, según los investigadores, pueden estar vinculadas con este tipo de tecnología. Desde el año 2020, Europa no solo prohibió este tipo de distorsionadores de emisiones, sino que además obligó a los fabricantes a retirarlo de los coches que lo tuvieran instalado, a no ser que hacerlo pusiera en peligro en el mismo vehículo.

Tres años después, este estudio que ha utilizado resultados de pruebas oficiales de cinco gobiernos y también de otros independientes muestra que las marcas que podrían estar utilizando este tipo de tecnología son más de los que se conocía, y además en vehículos fabricados después de 2015, cuando estalló aquel escándalo. A partir de los datos del informe de ICCT, DONDE ECONOMÍA ofrece un buscador con el quals puedes saber si tu modelo de coche está entre los afectados, cuántas pruebas ha pasado y en cuántas de ellas ha emitido NOx sospechosa o extremadamente por encima de lo que se esperaba de su motor.

Los coches que pasaron más tests superando en niveles extremos las emisiones de NOx permitidas son el Volvo XC90 D4 de 2 litros de diésel Euro 6 y el Jeep Grand Cherokee de 3 litros señor diésel Euro5, que superaron estos niveles en 24 y 22 tests respectivamente, mientras que en 28 y 23 casos, respectivamente, estuvieron por encima del nivel sospechoso. O sea, que en ambos casos bordearon cincuenta tests que mostraban niveles por encima del permitido. L' Opel Mokka 1.600, el Chevrolet Cruze 2L, el Chevrolet Orlando 2L, el Suzuki SX4 1,6L y el Volvo V40 1.L también están entre los peor calificados. El Jeep Grand Cherokee 3L vuelve a aparecer en su versión con diésel Euro6 en la lista.

Las pruebas de emisiones son, mayoritariamente, de entre los años 2016 y 2019. Los modelos analizados han vendido 54 millones de coches por toda Europa entre 2009 y 2019, de los cuales 24 millones tendrían emisiones sospechosas y 16,3 millones tendrían emisiones "extremas", entre tres y cuatro veces por encima del permitido. De los 40 millones de coches sospechosos, 19 millones están todavía circulando, según estima el informe. El estudio afirma que en estos últimos casos es "casi seguro" que los fabricantes hayan utilizado estos dispositivos ilegales desde el año 2020. La mayoría de ellos, además, no habrían hecho las rejuderías, rellamamientos con el fin de retirar del coche este software.

 

La plataforma ecologista ClientEarth ha usado el estudio del ICCT para presentar demandas legales en los Gobiernos del Reino Unido, Francia y Alemania, algunos de los cuales han hecho estos tests de emisiones sin conseguir que, como pide la ley, se retiraran estos dispositivos distorsionadores de los mercados y de la circulación. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, las emisiones de NOx, emitidas sobre todo por los coches diésel, resultan en 64.000 muertes prematuras cada año y son de las más perjudiciales a la salud humana.

Los sistemas prohibidos para que no se detecten emisiones contaminantes que provocaron el dieselgate que apuntó sobre todo en el grupo Volskwagen el año 2015 se podrían haber seguido utilizando por gran parte de los fabricantes de coches en Europa. Es la conclusión a la cual ha llegado el Consejo Internacional del Transporte Limpio (ICCT), uno de los que destapó el dieselgate el año 2015, a partir de un estudio realizado con mediciones gubernamentales e independientes. La gran mayoría de tests, un 77%, tanto los oficiales como los de laboratorio, han detectado niveles "sospechosos" de emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) por encima de las permitidas y de las reconocidas, que apuntarían a uno "probable", según la plataforma ecologista, uso de uno distorsionador en más de siete de cada diez modelos analizados, un 77%, de las pruebas ejecutadas en vehículos en toda Europa. 19 millones de coches podrían estar hoy circulante con estos niveles de emisiones arriesgados para la salud humana.


En el caso de los coches con emisiones extremas, el informe se atreve a afirmar que un caso de tal magnitud "es muy improbable que se deba a una causa diferente de la presencia de un dispositivo de desactivación", aunque alerta de que no se puede hacer una acusación concluyente de causa-efecto. En estos casos, asegura el informe, estamos ante un caso "casi seguro" de utilización de un dispositivo de desactivación, aunque no se pueden descartar otras opciones como una mala medición.

El escándalo se ha hecho público justo un día después de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) diera la razón a un usuario de Mercedes-Benz al mismo tiempo de cobrar indemnizaciones por haber sido engañado con los distorsionadores de emisiones. Además, Europa ha accedido a las presiones de Alemania y debatirá para aplazar la descarbonización total del automóvil más allá de 2035.