Hace unos días se celebró el Barcelona Deep Tech Summit, una fantástica iniciativa que trata de ofrecer un impulso al mundo de las tecnologías Deep Tech. Entre los promotores y organizadores se encuentran el Ayuntamiento de Barcelona, la Universidad de Barcelona, la UAB, la UPC y la UOC. Prometedoras start-ups y proyectos relacionados con la IA (inteligencia artificial), la robótica, la computación cuántica, el cambio climático y con la lucha contra grandes enfermedades, como el cáncer, fueron presentados.

Uno de los grandes retos y oportunidades que nuestro tejido científico tiene es, sin duda, la transferencia de tecnología. Y en ese sentido, me pareció especialmente interesante una de las conferencias en la que compartieron sus experiencias sobre el tema, representantes del Jacobs Technion-Cornell Institute de Nueva York, del Imperial College en Londres, del Instituto Fraunhofer en Múnich y del CIMNE de Barcelona, todas ellas instituciones líderes y con unas estadísticas espectaculares. Durante el evento, se destacó como uno de los elementos esenciales y determinantes para el éxito, la gestión de la propiedad intelectual en las etapas iniciales de las innovaciones científicas. Este enfoque se considera crucial para la creación de valor, la captación de capital y, en última instancia, para el desarrollo exitoso de los proyectos.

En una de las sesiones dedicadas a abordar los desafíos enfrentados por los líderes científicos (PhDs) al emprender la creación de empresas, el Dr. Carles Puente, cofundador de Fractus e inventor de más de 40 familias de patentes y profesor de la Universidad Politécnica de Catalunya, manifestó en un tono más directo y retador la importancia para las empresas Deep Tech de poseer, no solo una o dos patentes, sino una cartera completa.  Por el murmullo que recorrió la sala y las expresiones del resto de participantes en la sesión, se puede llegar a interpretar que existe un consenso sobre la importancia de estos temas. Sin embargo, parece que aún estamos distantes del nivel de exigencia que otras regiones del mundo muestran hacia la propiedad intelectual, señalando una falta de comprensión profunda sobre las posibles implicaciones en la gestión de la propiedad intelectual.

Aún estamos distantes del nivel de exigencia que otras regiones del mundo muestran hacia la propiedad intelectual

La gestión efectiva de la propiedad intelectual en el contexto de una start-up o proyecto de Deep Tech no es simplemente tener una o dos patentes presentadas en algún país. Este enfoque abarca un espectro más amplio y ambicioso que se extiende a diversas áreas.  Entre ellas, destacan las relaciones contractuales con los clientes o colaboradores estratégicos, por ejemplo. Además, incluye la interacción con las administraciones públicas para la obtención de subvenciones, con el acceso a fuentes de capital privadas como el venture capital. La aplicación efectiva de la gestión de la propiedad intelectual, además, también se refleja en la identificación de oportunidades para la percepción de royalties, lo que añade una capa adicional de valor económico al proyecto. Asimismo, se manifiesta en la cuidadosa selección de un equipo legal especializado capaz de proporcionar orientación y asesoramiento en el complejo entorno de la propiedad intelectual, especialmente en el complicado mundo de la propiedad intelectual en el contexto internacional.

En definitiva, existe una clara oportunidad para el desarrollo de un próspero ecosistema Deep Tech en el sur de Europa. Esta oportunidad adquiere una solidez y durabilidad significativas cuando reconocemos que la gestión de la propiedad intelectual no es solo un componente, sino un área estratégica de vital importancia. Este aspecto debe recibir una atención cuidadosa desde las fases más embrionarias de cualquier proyecto científico, ya que su impacto se extiende a lo largo de todo el ciclo de vida de la innovación.

Un ejemplo revelador es el reconocimiento, por parte del Instituto Fraunhofer, organización alemana de investigación en diferentes campos de las ciencias aplicadas, que destaca que la mayor proporción de sus ingresos proviene, precisamente, de los royalties generados por licencias sobre sus patentes y propiedad intelectual. Este hecho subraya la relevancia directa y tangible de una gestión proactiva de la propiedad intelectual en la viabilidad económica de instituciones científicas y tecnológicas destacadas.

¿Puede Barcelona posicionarse como un epicentro de atracción de talento a nivel mundial en el ámbito de las tecnologías Deep Tech? Yo soy de los que piensan que sí, siempre que hagamos muchas cosas muy bien, estando entre ellas la gestión estratégica de la propiedad intelectual. En este escenario, cada paso hacia la protección y aprovechamiento eficaz de los activos intelectuales contribuirá, no solo al desarrollo local sino también, a la proyección internacional de Barcelona como un referente en la vanguardia tecnológica.