El popular asistente conversacional de OpenAI, ChatGPT, ha alcanzado esta semana un nuevo hito en su trayectoria: 700 millones de usuarios activos cada semana. Esta cifra representa un crecimiento exponencial con respecto al año anterior y consolida la herramienta como una de las más utilizadas a escala global en el ámbito de la inteligencia artificial.

Según ha informado Nick Turley, vicepresidente de producto de ChatGPT, a través de la red social X (antes Twitter), el asistente virtual ha pasado de los 500 millones de usuarios semanales registrados a finales de marzo hasta los 700 millones actuales, multiplicando así por cuatro los resultados del año pasado. Turley ha querido destacar también el trabajo del equipo detrás del producto: "Cada día, personas y equipos aprenden, crean y resuelven problemas más complejos. Es una semana importante. Gracias a todos los que hacéis que ChatGPT sea más útil y accesible", afirma el directivo.

Este crecimiento incluye usuarios de todas las modalidades del servicio —desde la versión gratuita hasta las opciones de pago como Plus, Pro, Enterprise, Team y Edu- y coincide con otro dato significativo: los más de 3.000 millones de mensajes diarios intercambiados a través de la plataforma, según fuentes oficiales de OpenAI.

Un gigante económico en expansión global

Más allá del éxito en número de usuarios, ChatGPT se ha convertido en una palanca económica clave para el desarrollo del sector tecnológico a escala mundial. Su implantación en empresas, instituciones educativas, medios de comunicación, estudios creativos y equipos de investigación ha abierto nuevas vías de negocio y ha transformado la manera como se genera, procesa y accede a la información.

OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, ha casi duplicado sus ingresos en solo siete meses, llegando a los 10.300 millones de euros anuales. Este volumen se alimenta, principalmente, de las suscripciones de pago, servicios personalizados para empresas (como ChatGPT Enterprise) y acuerdos de licencia tecnológica con socios como Microsoft, que integra, modelos de OpenAI en su ecosistema, incluyendo Microsoft 365 y Azure.

El interés de los inversores tampoco ha quedado atrás. OpenAI ha recaudado recientemente 7.100 millones de euros en una ronda de financiación protagonizada por algunos de los nombres más influyentes del capital riesgo global: Andreessen Horowitz, Secoya Capital, Fidelity, T. Rowe Price, Blackstone o Tiger Global Management. Esta inyección económica no solo afianza la confianza del mercado en la IA generativa, sino que también permite a la empresa mantener un ritmo alto de innovación y escalabilidad.

Un ecosistema económico que se ramifica

El negocio en torno a ChatGPT se extiende mucho más allá de su producto estrella. A su alrededor se está formando un ecosistema completo: desde empresas emergentes que desarrollan aplicaciones basadas en su API, hasta plataformas educativas, servicios de soporte lingüístico, asistentes médicos, jurídicos o financieros, y una nueva ola de automatización de procesos dentro de las empresas.

Esta expansión económica también tiene un impacto geopolítico: países de todo el mundo se están posicionando para acoger centros de datos, colaborar en investigación en IA o regular su uso para no quedar al margen de un sector en que, según expertos, podría aportar billones de euros al PIB global en la próxima década.

Con esta combinación de crecimiento de usuarios, ingresos astronómicos e influencia global, ChatGPT no solamente es una herramienta tecnológica de referencia, sino también un actor central en el nuevo escenario económico que define la inteligencia artificial.