El sector financiero vive una auténtica metamorfosis de la mano de la inteligencia artificial (IA). Con una valoración global de 17.000 millones de euros en el 2023, y previsiones de crecimiento hasta los 300.000 millones para el 2033, la IA no solo está redefiniendo la operativa de la banca, sino también la experiencia de los clientes. Según encuestas recientes, un 85% de los usuarios cree que esta tecnología tendrá un impacto significativo en la manera como interactúan con las entidades financieras.

A pesar de su potencial transformador, la adopción de la IA presenta varios retos para las organizaciones del sector. La curva de aprendizaje sigue siendo un obstáculo: hace falta una reestructuración mental y organizativa para integrar plenamente la IA, así como una fuerte inversión en formación. Sin embargo, los beneficios a largo plazo —como el aumento de la productividad y la agilización de los procesos de decisión— son incuestionables.

Los costes de implementación, a menudo imprevisibles, también pesan en la balanza. La inversión en infraestructura tecnológica, gestión de datos y captación de talento especializado exige un enfoque estratégico. Los expertos recomiendan iniciar proyectos escalables y de alto retorno, priorizando soluciones que puedan crecer en paralelo con la madurez digital de las organizaciones.

A eso se suma la complejidad reguladora. El cumplimiento de normativas y la protección de la privacidad en entornos transfronterizos supone un gran reto. Además, los riesgos asociados a la ciberseguridad hacen imprescindible incorporar medidas preventivas desde la fase inicial de los proyectos.

La falta de profesionales cualificados es otro cuello de botella. El desarrollo de la IA avanza más rápido que la capacitación del talento interno, generando un resquicio que las entidades tienen que superar mediante formación continua y colaboración interdisciplinaria.

Finalmente, los expertos advierten del riesgo de apostar por sistemas de IA cerrados y poco flexibles. El uso de plataformas abiertas y modulares, basadas en tecnologías como la nube, garantiza más capacidad de adaptación ante los cambios normativos y tecnológicos, y ayuda a evitar infraestructuras obsoletas que limitan el retorno de la inversión.

Delante de este escenario, Globant, compañía especializada en soluciones tecnológicas innovadoras, ha elaborado el informe Servicios financieros a prueba del futuro con IA, donde analiza estos desafíos y apunta estrategias para una adopción eficiente y sostenible de la inteligencia artificial en el sector. "La IA no es solo un avance tecnológico: es una revolución operativa que está redefiniendo todo el sector bancario", afirma Nicolás Kaplún, CEO del Financial Services AY Studio de Globant. "Aquellas entidades que la hagan suya desbloquearán un valor sin precedentes y asegurarán su posición de futuro", describe al ejecutivo.

Dentro de su plan estratégico 2025-2027, CaixaBank ha puesto en marcha el plano Cosmos, una inversión de 5.000 millones de euros en tecnología y digitalización, con una apuesta firme por la inteligencia artificial generativa. Este plan incluye la incorporación de capabilities conversacionales y operativas basadas en IA para mejorar la experiencia de los clientes y la eficiencia interna.