Tras la subida de tipos del Banco Central Europeo, este miércoles es el turno de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). La entidad dirigida por Jerome Powell tomará de nuevo una decisión, con los principales indicadores macroeconómicos del país todavía mostrando resistencia a sus políticas monetarias. Si bien el consenso de analistas prevé en su mayor parte una nueva pausa en el encarecimiento del precio del dinero, las claves estarán en el discurso del máximo dirigente del banco central y si vuelve a un tono más agresivo en cuanto a subidas adicionales y al tiempo que se mantendrán los tipos altos.

El mercado da por descontado que en la reunión de esta semana se mantengan las tasas de interés en su nivel actual, en el rango del 5,25% y el 5,5%, su nivel más alto desde el año 2001. "Tras la subida de 25 puntos básicos que presenciamos en julio, y a pesar del tono más hawkish que se transmitió en el Jackson Hole de finales de agosto, el mercado da por hecho que no veremos movimientos de tipos en esta reunión", señala Cristina Gavín Moreno, jefa de renta fija de Ibercaja Gestión.

La estrategia del banco central estadounidense pasa por estabilizar los precios a base de subir los intereses con el objetivo de reducir la inflación hasta el 2%. Actualmente, el IPC de EE. UU. se encuentra en el 3,7% tras haber repuntado en agosto cinco décimas. Situación peor de la esperada por la Administración Biden, aunque la tasa subyacente (excluye alimentos y energía) da un pequeño respiro al país, con un descenso interanual de cuatro décimas, hasta situarse en el 4,3%. No obstante, la subyacente sí se incrementó a nivel mensual con respecto a julio, reflejando el problema que está teniendo para apaciguar la escalada de precios.

El repunte de la inflación anticipa una nueva subida este año

"El informe de inflación de agosto nos dejó algunas sorpresas ligeramente negativas. Se esperaba un repunte de la inflación general debido a la subida de los precios de la energía, pero el subíndice subyacente, más importante, sorprendió al alza con un aumento mensual del 0,28%, equivalente al 3,4% anualizado. Esta última cifra supone la primera ruptura de la tendencia desinflacionista en EE. UU. en seis meses", señalan desde Ebury, fintech especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas.

En este sentido, Christian Scherrmann, economista de la firma de análisis DWS, asegura que "la presión para aumentar los tipos de interés parece haber disminuido un poco antes de la próxima reunión de la Fed. Los comentarios recientes de los banqueros centrales de EE. UU. sugieren que su evaluación del riesgo puede haberse desplazado un poco, desde un enfoque exclusivo en la inflación hacia una visión más equilibrada que incluye riesgos a la baja por el impulso económico". Asimismo, señala que los datos recientes ya sugieren un alivio en la rigidez del mercado laboral y una moderación de la actividad económica, tras un verano intenso.​

Es cierto que la inflación ha caído considerablemente desde los máximos que alcanzó el verano pasado, pero los temores de una reaceleración de los precios están creciendo. A pesar de ello, los expertos no creen que estos datos sean suficientes para cambiar el rumbo de la Fed, por lo que esperan que se mantengan los tipos de interés sin cambios esta semana. Y es que, los funcionarios de la Reserva Federal están intentando reducir la inflación sin enviar a la economía a una recesión, lo que se conoce como aterrizaje suave.

Sin embargo, antes de finalizar el año, los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) dos veces más, una en octubre/noviembre y otra en diciembre. Por lo que los datos de inflación pueden ser clave para que el banco aplique una última subida de tipos en este ciclo restrictivo. Así lo cree el mercado, con la mayor parte de los analistas que recoge Bloomberg apostando por este escenario, pues no sería la primera vez que la Fed hace un alto en el camino antes de seguir con el encarecimiento de los intereses.

Temor a tipos elevados más tiempo del esperado

En cualquier caso, los analistas destacan que la clave vuelve a estar en el mensaje que transmita Powell sobre sus previsiones de cara a la parte final de año. "El interés radica en anticipar cuándo veremos un cambio de rumbo en el sesgo de la Reserva Federal y podremos empezar a esperar bajadas en el tipo de intervención. A día de hoy, bajo nuestro escenario, este momento se retrasa para mediados de 2024 como muy pronto", indica Cristina Gavín Moreno.

En esta línea se mantienen por el momento muchos de los analistas y expertos que evalúan la política monetaria de la Fed. Para Scherrmann, si los precios de la energía siguen subiendo, las presiones del organismo sobre la inflación general podrían "de forma eventual influir en la reacción 'dependiente de los datos' de la Fed en el futuro". Es por ello que, "lejos de declarar la victoria sobre la inflación, es muy probable que la Fed mantenga su conocida postura agresiva y de tasas en niveles más altos por más tiempo", indica.

"Esperamos que Jay Powell reitere la narrativa de que la actual postura de la política monetaria podría ser suficientemente restrictiva y que, dadas las demoras más largas de lo esperado en la política monetaria, podrían ser necesarias tasas más altas durante más tiempo para llevar la inflación a un camino sostenible hacia el objetivo del 2%", añade. Aun así, espera que el primer ajuste a la baja se realice en el segundo trimestre de 2024.