La compañía Pilma, dedicada a la fabricación y venta de muebles de diseño, abre una nueva etapa medio siglo después de que, en 1974, el matrimonio formado por Ricard López Beltrol y Magda Barceló, abriera una tienda en el número 1 de la calle València, en Barcelona. Fueron pioneros a acercar a la ciudadanía de Barcelona el diseño que se hacía a otras partes del mundo y dar voz a marcas locales en un espacio único, que se convirtió en un referente en el mundo del mueble y la decoración en la ciudad. El interés por el diseño ya era entonces un elemento esencial: el logotipo de Pilma es una pieza clave de la historia del diseño gráfico catalán -lo diseñó Josep Baqués- y forma parte de la colección permanente del Museo del Diseño de Barcelona.

Actualmente, con 50 años detrás, la marca Pilma tiene cinco establecimientos y 7.000 metros cuadrados de exposición. Uno de ellos está en Madrid, el más reciente. La tienda de la capital española se inauguró en el 2021, con 1.000 metros cuadrados de exposición, a la calle Velázquez. En Barcelona, después de la primera tienda de la calle València, el 1987, abrió una segunda en la avenida Diagonal; más tarde una tercera en la calle Santa Amèlia, y un outlet en la calle Llança. Al mismo tiempo, para la gama de artículos de viaje, Pilma Travel, tienen dos establecimientos específicos, uno en la calle Serrano de Madrid, y la otra en Puerto Banús (Málaga).

La gobernanza de este patrimonio corresponde ahora a los hermanos Pau López, en la gestión ejecutiva, y Ricard López, creador y diseñador del catálogo, ambos representantes de la tercera generación de una familia de ebanistas y carpinteros, que se estableció en la calle Llança, donde se producía mobiliario de oficina de estilo americano y armarios de puertas correderas.

Pau López y Ricardo López, en la tienda de Pilma de la calle València. / Foto: Irene Vilà Capafons
Pau López y Ricardo López, en la tienda de Pilma de la calle València. / Foto: Irene Vilà Capafons

Los hermanos López han cuidado del legado y lo han hecho crecer, siempre manteniendo una marca de calidad y de diseño en interiorismo, con muebles y decoración -iluminación especialmente-, aunque desde hace unos años se centran más en el mobiliario. Pero todavía venden artículos 'de siempre'. "Hay productos que resisten desde aquella época, como la estantería 114, la lámpara TMM de Santa & Cole, la 'cestita' de Santa & Cole, con diseño de Miquel Milà y sus coetáneos," destaca a Ricard. Unos artículos que "se siguen fabricando en Catalunya y ya se han convertido en clásicos. Ya era y seguirán siendo con diseños actualizados o reskilling y que se siguen portando", asegura Pau.

La cuarta generación

Para seguir expandiendo el negocio cuentan con el apoyo de la cuarta generación, formada por Ricard, Maria y Arnau, que han asumido varias responsabilidades desde la logística, el escaparatismo, la administración o el portal de venta en línea. "En una empresa como la nuestra siempre se hace de todo", observación Pau López.

Entre todos hacen las compras, visitan las principales ferias internacionales del sector. Desde hace 30 años y hasta ahora siempre ha sido una decisión casi consensuada; "un trabajo en equipo. Las decisiones siempre se han compartido y se compartirán".

Todos ellos y el padre Ricard, "que con 91 años todavía dice la suya cuando se tienen que tomar decisiones", quieren que Pilma continúe con "un crecimiento progresivo, de mancha de aceite." Pero después de 50 años vistos los clientes particulares en las tiendas y venden los productos de diseño y marca propia en establecimientos de muebles y decoración, la familia López ve que es el momento de abrirse más a los profesionales del interiorismo -de dentro y fuera de España.

La distribución para España y el resto de Europa dirigiéndose a los interioristas es una nueva vía abierta que permitirá, sin dejar el proyecto de las tiendas físicas y ni el empuje que quieren dar en venta en línea, abrir nuevos mercados exteriores y ganar volumen. "Queremos ser también un referente en el canal de ventas dirigido a proyectos empresariales y comerciales (el canal contract), como hoteles, restaurantes, oficinas, apartamentos... porque es una línea de negocio que nos abre un crecimiento a futuro", comenta a Ricard. "Podemos ofrecer toda nuestra gama de artículos, a través de la distribución, y hacer que todo sea posible", insiste Pau López.

Espacio de exposición de la tienda de Pilma, a Madrid
Espacio de exposición de la tienda de Pilma, a Madrid

Con menos tejido comercial

Además, lo hacen con la vista puesta a recuperar posicionamiento en los principales países europeos -incluido Espanya- donde se ha reducido mucho el tejido comercial de proximidad dedicado al mobiliario y la decoración de diseño. "Nos encontramos con que hay tiendas del segmento que han apostado para hacer su propia marca, otros para ser monomarca y también aquellas que tienen producto de un ámbito de precios totalmente diferente del nuestro", concreta Ricard.

Es por eso que trabajando para los interioristas pueden recuperar mercados" y adaptarse a las nuevas tendencias del sector; eso sí, de la mano de un buen distribuidor. Hoy por hoy, tienen un "buen distribuidor" en quien podemos cubrir España y Portugal y que "pronto se ocupará del sur de Francia y se irá expandiendo por todo el país", detalla Pau.

Al mismo tiempo, profesionales y particulares, tanto de los países vecinos como de la misma España, comprenderán cómo Pilma reforzará la oferta online: "queremos que sea una tienda más". "Se trata de una venta más de impulso, que llega más a gente joven, que encuentra productos de todo tipo y precio". Parten de la idea de que el portal online no tiene que ser una réplica de las tiendas, tendrá productos específicos y sus propias campañas de promoción. "Tiene que ser una herramienta y no un competidor nuestro, estamos haciendo una inversión importante y apuesta de posicionamiento de marca", aseguran.

Explican que para 2025 la venta en línea se multiplicará por dos, llegando por encima de 1,4 millones. La venta en línea ya supone un 10% del total de las ventas y es una parte fundamental del negocio.

Crecimiento anual del 5%

La marca propia es hoy por hoy el fundamento del negocio. Representa el 80% de las ventas globales, "con tendencia a incrementarse". De hecho, si se segregan los ingresos de la línea de iluminación que comercializan de las primeras marcas internacionales – Artemide, Poulsen, Tom Dixon-, la marca de muebles Pilma se lleva el 90% del negocio. Las previsiones apuntan a unos ingresos, en el 2025, de 18 millones de euros, con un crecimiento del entorno del 5%.

El directivo Pau López explica que los dos hitos para este año es asentar la tienda de Madrid, que prevén que crezca un 10%; y reforzar la venta en línea.

Pau López y Ricardo López en el espacio de exposición de la calle València, en Barcelona. / Foto: Irene Vilà Capafons
Pau López y Ricard López en el espacio de exposición de la calle València, en Barcelona. / Foto: Irene Vilà Capafons

Versatilidad y funcionalidad

Para fabricar los muebles las maderas que trabajan son variadas, desde teca, sunday, roble, nogal -provenientes de lugares cono Indonesia o Portugal-, siempre madera natural maciza o chapada y con estándares europeos; la tapicería la compran en Zaragoza, València, Polonia, Dinamarca, Suecia, Vietnam... "son mercados diferentes, con productos más o menos elaborados, de diferentes precios... que buscamos las casuísticas que necesitamos para cada uno de nuestros productos".

El cliente quiere que los usos sean versátiles. "Aquello que es únicamente decorativo no tiene cabida en una casa". Se busca funcionalidad, confort, versatilidad... además de ser bonito, relaciona al creativo Ricard López. Según su opinión, para una economía de costes habrá menos materiales en un mueble y eso ha conducido a una cierta y "razonable" simplicidad.

En este sentido, Ricard es tajante: "Ikea no ha cambiado la manera de vivir de la gente". Argumenta que lo que hacen es "entender la manera de vivir de la gente, como ha cambiado la gente y sus necesidades" y Pilma se ha adaptado desde hace 50 años, no solo ahora.

La ciudadanía vive ahora en un mundo con más movilidad laboral, viviendas más pequeñas, unidades familiares diferentes... eso ha comportado, por ejemplo, "que ya no se hagan tantos muebles a medida, que la gente no necesite tanto espacio para almacenar cosas, ya no hay tantos libros para las estanterías...".

El mobiliario contemporáneo y el arte de observar

Todas las marcas, y "Pilma es un exponente y referente", fomentan que este es el camino que "tenemos que seguir todos; que hay estilos o maneras de vestir un hogar que han quedado obsoletas y que nuestros hijos ya no se las plantean", razona Pau López. "Todo el sector, la llegada de marca extranjera, o la profusión de las marcas nacionales, o la idea de emprendedores que -como nosotros- tira adelante configuran el contexto para la difusión de este tipo de mobiliario, el contemporáneo. El mobiliario contemporáneo se ha consolidado, en contra de otros estilos que podía haber hace 30 o 40 años", añade.

Desde hace 50 años "observamos; somos curiosos, es una de nuestras herramientas de trabajo; para ver la actitud del público hacia los productos, que es una parte importantísima de nuestras decisiones," concluye a Ricard.