Natalia Olson (Palo Alto, 1973) es una emprendedora nata y cofundadora y directora de innovación y estrategia de The Disruptive Factory, una consultora que ayuda a las empresas a cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible. En el marco de las jornadas anuales del Cercle d'Economia celebradas esta semana en Barcelona, la que fue nombrada consejera de innovación en la Casa Blanca durante el mandato de Barack Obama atiende a ON ECONOMIA en el Hotel W de la capital catalana. Con sentido crítico y espíritu emprendedor, defiende una sociedad más abierta, feminista y global, haciendo hincapié en la colaboración público-privada, el talento y la cultura del fracaso. ¿Es bueno fracasar? Según Olson, hay que tenerle un gran respeto a las personas que han fracasado porque se han dado cuenta de los errores cometidos y han aprendido de ellos. Sus referentes son las mujeres emprendedoras y una de ellas una vez le dijo: "Hay un lugar especial en el infierno para las mujeres que no ayudan a las otras mujeres". Le encantó esa frase y se siente identificada con ella. 

¿Cómo se define? 
Me considero una emprendedora que hace el bien. Eso significa pensando en la sociedad, pensando en el impacto que podré generar. Me gusta empoderar a las personas, atraer a mujeres emprendedoras y generar una escalera de oportunidades. 

¿Cómo llegó a ser asesora de Barack Obama? 
Hace más de una década monté dos compañías, en ese momento era algo nuevo, no era habitual. Con un grupo de diez personas creamos iniciativas para empoderar a los emprendedores, nos reuníamos en un bar de Filadelfia y cada vez éramos más. Llegamos a ser más de mil, queríamos tener influencia en el gobierno para que nos ayudara. En mi caso, al ser urbanista, el alcalde de Filadelfia se puso en contacto conmigo. Era asesora, no me pagaban, pero tuve la oportunidad de estar allí. Creamos un movimiento de economía verde cuando nadie hablaba de eso, empecé a trabajar y fui escalando. Me decían que iba a matar la industria con los nuevos productos, pero quedó demostrado que se puede ser flexible. Es ahí donde está la innovación. Mejoramos las industrias existentes. Por eso es tan importante creer en las nuevas ideas y ayudar a las corporaciones, apostar por esa innovación. 

¿Considera que Biden lo está haciendo?
Está tratando de hacerlo. Tanto republicanos como demócratas somos muy business friendly, apoyamos mucho a las empresas porque todas las start-ups llegan a ser corporaciones. No podemos matar la innovación al principio, tenemos que dejarlas crecer y después ya regulamos.

¿Cree que España debería aprender de ustedes en este sentido? 
Creo que sí. La ley de start-up tardó tres años en aprobarse. Además, tiene que haber añadidos a esa regulación, se debe revisar cada año, ver lo que funciona y lo que no, la clave está en testear y observar cómo les va a afectar. 

¿Qué opina sobre la venta de start-ups? ¿Se les debería dejar crecer? 
No creo que sea justo criticar a los emprendedores que venden porque con ese mismo capital ese emprendedor puede crear una decena de compañías más. La clave es que se invierta e reinvierta y que se vuelva a hacer, eso es lo más importante. 

Barcelona necesita atraer a más inversores

¿Qué es de lo que más orgullosa está del mandato de Obama? 
Estábamos en una recesión, no se hizo fácil porque teníamos que rescatar la economía, no solo la nuestra, sino globalmente. En esa época la gente estaba más desesperada preguntándose qué podían hacer para inspirarse y para ser más competitivos. La gran pregunta durante el mandato fue cómo podíamos hacer match entre los MBA o las personas de negocios y los científicos. Tardamos años, pero ahora podemos decir que hay más innovación dentro de los ministerios. Además, modernizamos nuestros propios sistemas de computación del gobierno, modernizamos el gobierno. Fuimos los primeros que entramos en tecnología. Respecto a las compañías, durante el mandato de Obama creció Amazon, antes solo había Microsoft, y después las otras empresas empezaron a crecer. 

¿Algo que le quedara por hacer? 
Soy urbanista y, como tal, creo mucho en la infraestructura más allá de los puentes y las calles. En España tenéis el 5G, tenéis un empuje, allí todavía falta. La administración Biden ha abierto, se ha movido. A Trump le dejamos un plano muy bien hecho de cómo debía ser la infraestructura, pero no escuchó bien. En este sentido perdimos cuatro años de poder, ya que otras regiones nos están ganando. En España hay mucha inteligencia artificial y en deeptech tenéis gran ventaja. En infraestructura vamos por detrás. Es algo que tenemos que trabajar. Espero que nuestros estados se muevan, pero creo que Europa ha puesto mucho interés, por eso estamos aquí, porque vemos que hay una gran capacidad intelectual y ciencia avanzada. Ustedes pueden ganar mucho en ese aspecto. 

España ha apostado mucho por el sector salud 
Sí, los hospitales y los centros de biotech tienen una gran capacidad aquí. Aquí la medicina toca en todos los ámbitos y no solamente en salud. Yo lo defino como welltech porque va desde los ejercicios hasta la salud mental y la psicología. Considero que, no solo en salud podéis apostar, sino que hay muchos otros sectores que podéis sacar adelante, se debe dar oportunidad a otros sectores y ramas, no solo centrarse en uno. 

Y al revés. ¿De qué cojeamos respecto a los Estados Unidos? 
Diría que en inversión de capital de riesgo más elevado. Les falta mucho a la hora de invertir. Es bueno tener a muchos más inversores, que las aceleradoras se conozcan mejor y compartan, que no se vean como una competencia. Hay que tener buena relación. Silicon Valley es lo que es porque todos los inversores, o gran parte de ellos, están allí. Considero que a España le falta ese espíritu de aproximarse, ayudarse y colaborar. Es evidente que aquí hay business angels, pero ellos invierten en capital semilla. Ellos son los primeros que toman el riesgo más grande porque es su dinero. Y cuando es su dinero, esperas que la persona haga algo. Pero a la vez, hay que creer en los inversores, hay que atraerlos aquí. No es tan difícil atraer gente a Barcelona, pero hay que enseñar lo que tenéis en España. Por lo tanto, se debe atraer y hacer un plan de acción. De hecho, debería ser una de las metas principales para el gobierno, que las corporaciones, los empresarios y las administraciones creen vínculos. 

 

¿Algo que hagamos mal todos?
Comparar, a veces, no funciona. Lo que debemos hacer es tomar buenos modelos, quedarnos con las cosas que han funcionado y aprender de lo que no ha funcionado porque tras una recesión es cuando nos podemos reinventar y competir con las nuevas industrias. Hay ciudades que son más abiertas, que crean incentivos y en las que los gobiernos apoyan a las start-ups. Nosotros dimos incentivos, apoyamos a las mujeres, a las compañías jóvenes y a las minorías, entre otros, y creo que las compañías grandes deberían hacerlo también. En Estados Unidos se hace, pero se debe establecer en otras partes y considero que es un modelo que puede trasladarse aquí. Se debe trasladar más capital a los inversionistas porque ellos son los que saben lo que están haciendo, tienen experiencia para hacerlo y aquí habría que darles más incentivos fiscales para que ellos pongan su propio capital y se produzca un match. Que el inversor ponga diez millones y el gobierno diez millones más, por ejemplo, que el riesgo lo tomen los dos, pero el sector privado no quiere que le dictes todo el rato lo que tiene que hacer, porque ellos ya lo han hecho, han sufrido. Como emprendedora sé lo que significa que no te paguen y tu hacerlo.

¿Cómo podemos mejorar?
Creo que eso también es educacional. Es necesaria mucha educación y no me refiero a la universidad. Esa educación tiene que empezar mucho antes, tiene que empezar en primaria y secundaria. Nosotros, en Estados Unidos, tenemos esa tradición. Sabemos vender muy bien, somos muy vendedores. Sin embargo, creo que aquí se tiene que invertir un poco más en esa educación para la gente joven. Hay que facilitar conversaciones, poner ejemplos y que la gente pueda decir: "Si ella lo logró, ¿por qué yo no?". Es inspiracional. Creo que es importante, pero tanto a nivel de educación como cultural. 

En España, sin embargo, está muy arraigada la cultura del fracaso. 
Aquí te van a recordar siempre que fallaste hace veinte años, y esa es la parte que tiene que cambiar. La idea del fracaso debe quitarse, se aprende mucho del fracaso. Yo misma fracasé porque pensaba que sabía de todo y no fue así. Cuando quise volver a emprender busqué mucha ayuda, muchos mentores, programas de desarrollo para llevar a cabo un plan. Busqué capital. Hay gente que no sabe dónde buscarlo y tras fracasar, yo sabía dónde ir. Hay que saber darle la vuelta a las situaciones y volver a empezar porque vuelves con una visión diferente. En España hay gente muy emprendedora, tienen pequeñas tiendas que han arrancado de cero, pero, cuando quieren crecer ese negocio, es cuando se encuentran con más obstáculos. Aquí se debe crear un ecosistema donde el emprendedor se siente seguro para pasar de una compañía pequeña a una de 100 empleados y crear una franquicia o expandirla a otros productos. Creo que es aquí donde hay que poner el foco. 

España debe poner el foco en que pymes y emprendedores puedan crece

¿Cómo se podría cambiar esa mentalidad? 
La clave sería que los empresarios hablaran de sus fracasos. Que contaran las cosas que no hicieron bien y así aprender de ellos. Pero ya no solo los empresarios, sino también los emprendedores, que expliquen que está bien fracasar. En Estados Unidos elegimos a un presidente que fracasó cinco veces, Trump tenía cinco empresas en bancarrota. La idea aquí es que si algo no funciona, te puedas volver a levantar y puedas pedir mejor ayuda. Quizás ese inversor no fue el mejor, y buscas otras ideas. Les tengo un gran respeto a las personas que han fracasado porque aprenden y se dan cuenta de los errores cometidos. 

El miedo también influye, ¿no cree? 
Mucha gente tiene miedo y la gente joven no debería tener miedo. Tienen toda la vida por delante, pueden hacer mucho y, si no funciona, siguen estudiando. Los jóvenes tienen toda la vida por delante, deberían tomar ventaja para poder empezar algo nuevo y tener esa oportunidad. 

 

Los empresarios en España son criticados y están mal vistos y fuera del país son ídolos. ¿Está mal visto triunfar?
Ese es el gran problema. Ser empresaria o empresario es difícil y cuando se llega al éxito siempre te van a criticar. Es cultural. Esto es a causa de la envidia, y me da mucha tristeza. Esa envidia debería desaparecer de la cultura. Se debería pensar y reconocer que esa gente realmente sí lo ha hecho bien. Esa parte cultural no favorece a España. Esa gente ha sido exitosa y no les ha sido fácil. Ortega empezó en la cocina de su casa con su mujer. La familia Roig ha creado una aceleradora de start-ups y nadie pone el foco en eso. Hay muchas cosas que, por envidia, no se les da el crédito necesario. 

Mucha gente piensa que tiene que ir a la universidad y no tiene que ser así

¿Hay talento en España?
Aquí hay mucho talento, grandes científicos e ingenieros; aquí todo el mundo estudia algo. Tenéis un sistema de educación increíble, en mi país todavía tenemos problemas de educación. Tenemos grandes universidades, pero nuestras primarias a veces no son las mejores. Aquí, sin embargo, tenéis a gente muy capaz, tenéis que creer más en esas personas y ayudarlas. Aquí la gente está muy interesada en aprender y no hace falta que vayan a la universidad, pueden aprender testeando, practicando y observando. En Estados Unidos tomamos prestada una idea de Alemania y la pusimos en marcha. Allí estudian durante uno o dos años cosas muy especializadas, técnicas, para que puedan practicar. En España esto no existe. Mucha gente piensa que tiene que ir a la universidad de inmediato y no tiene que ser así, podrían tomar esa idea prestada también. 

¿Cómo ve la relación entre Europa y Estados Unidos? 
Tenemos una excelente relación entre Europa y Estados Unidos. Para emprender o tener un nuevo mercado Estados Unidos siempre está abierto. Además, ahora estamos viendo que muchas compañías de los Estados Unidos también quieren abrir mercado en el mediterráneo, en Europa, en el medio Oriente y África. El sur de África está creciendo increíblemente, hay una demanda inmensa para nuevos servicios. No es fruto de la administración Biden, eso ya se veía antes porque teníamos el objetivo de doblar las exportaciones. Nos dimos cuenta de que teníamos que ver otros mercados porque, al haber una recesión tan fuerte, teníamos que buscar otros mercados. Es de las cosas que más orgullosos estamos. Antes de 2011-2012 las empresas tecnológicas solo estaban en Estados Unidos y hace una década empezaron a salir. Las compañías americanas son las que más presencia tienen aquí en Catalunya, en España, y en otros países como Alemania o Japón. Tenemos muchas compañías que han decidido apostar por Europa.