¿Es posible un sitio para las personas mayores en el que puedan vivir en comunidad, con todos los servicios, atención continuada y en plena naturaleza? Así será Gelabert del Bosc, un nuevo concepto de comunidad para personas mayores de 60 años que se proyecta en una finca de 115 hectáreas –casi la mitad de bosque– del municipio de Caldes de Malavella, en la comarca de la Selva (Girona).
El proyecto está liderado por Joaquim Vilà, profesor de Dirección Estratégica e Innovación del IESE, que cuenta con 11 socios más y prevé la entrada de family office catalanas vinculadas al sector de la salud. La inversión prevista supera los 60 millones de euros.
En una conversación con ON ECONOMIA, el profesor Vilà asegura que nadie quiere ir a centros geriátricos y que son un modelo residencial "arcaico". En contraposición, Gelabert del Bosc será una comunidad o, mejor dicho, cinco comunidades diferentes en función de las necesidades asistenciales de sus residentes: desde los que no presentan ninguna limitación física hasta los dependientes que requieren atención especializada y continua. Vivirán inmersos en la naturaleza, rodeados de bosque, en hogares de planta baja con patios centrales parecidos a las antiguas villas romanas.
Según las previsiones del proyecto, todavía en fase de tramitación administrativa, Gelabert del Bosc acogerá entre 450 y 500 residentes, que dispondrán de servicios asistenciales, sanitarios, lúdicos y de hostelería específicos para cada uno de los cinco "vecindarios" en que se agruparán los usuarios en función de su estado de salud, físico y mental. Los "vecindarios" se conciben como agrupaciones de estancias sociosanitarias que reúnen a personas de la condición de salud. Estas estancias pueden ser una villa romana individual o para una pareja – de 80 a 120 metros cuadrados– o una habituación –de 55 metros cuadrados– dentro de un hogar convivencial. Eso supone una densidad de menos de cinco personas por hectárea en la finca de Can Gelabert.
El primero de estos "vecindarios" será para personas de entre 60 y 69 años con escasa o ninguna limitación física; el segundo, para los que estén en torno a los 70 años y que hagan vida independiente; el tercero, para los que ronden los 75 años con las primeras limitaciones de salud; el cuarto, para los mayores de 80 años en fase asistida; y el quinto, para los que sean dependientes, teniendo en cuenta su edad biológica –salud- y no la cronológica.
Prevén crear 280 puestos de trabajo, con "profesionales altamente cualificados y bien remunerados", según se indica en la memoria del proyecto. También han previsto una escuela de formación de cuidadores en las mismas instalaciones e, incluso, un "CAP Gerontológico público", que sería un centro piloto en Catalunya orientado a especialidades médicas para las personas mayores: gerontología, neurología, reumatología, endocrinología o psicología, entre otras.
No se han definido todavía los importes que pagarían los usuarios pero sí que serían en concepto de "derecho de reserva de uso" para permanecer un determinado periodo de tiempo. En casos de defunción o que estuvieran menos tiempo, se abonaría la diferencia no consumida a los familiares. Si se calcula por meses, el precio de la estancia no será inferior a los 3.000 euros.

Joaquim Vilà subraya que Gelabert del Bosc estará en medio de un "espacio natural privilegiado", una zona forestal que posibilita vivir en plena naturaleza con los consiguientes beneficios para la salud y el bienestar. La actual calificación de estos terrenos es de no urbanizable. No obstante, señala que el Texto refundido de la Ley de Urbanismo, de 2010, permite que suelos rurales calificados como no urbanizables se puedan destinar a actividades o equipamientos de interés público, entre los cuales estaría este tipo de comunidades asistenciales con equipamientos sociosanitarios. Y precisa que los edificios se levantarán con materiales sostenibles, integrados en el paisaje y autosuficientes en consumo de energía.
Recuerda que en Estados Unidos existe lo que se denomina Continuing Care Retirement Communities (comunidades de jubilados con atención continuada), que se han convertido en un modelo "consolidado". Y apunta que, durante la pandemia de Covid, en una muestra de 300 de estos establecimientos green houses –con los que se inspira Gelabert del Bosc– el 94% no registró ningún contagio.