El BBVA ha decidido seguir adelante con la opa pese a las duras condiciones impuestas por el gobierno español, que incluyen un veto a la fusión con Sabadell durante tres años. Al banco catalán ya solo le quedaba una baza, vender TSB, su filial británica. La operación, que llevaba varios días en curso, se cerraba a última hora del martes por 3.000 millones al Santander. Un precio que podría incluso elevarse a 3.300 millones si sus resultados mejoran hasta el cierre de la operación, previsto para el inicio del 2026.
La venta le ha dado ventaja en la opa porque ahora el BBVA puede desistir de la oferta. El banco que preside Carlos Torres así lo confirmó hace unos días. Pero además, el Sabadell ha anunciado un dividendo extraordinario de 2.500 millones de euros por las plusvalías que obtendrá de esta operación. Por lo que los accionistas del banco catalán podrían no aceptar la oferta de canje propuesta por la entidad bilbaína, seducidos por estos nuevos dividendos y los que pueden llegar si la entidad sigue en solitario.
Sea como sea, TSB puede convertirse en el salvavidas del Sabadell cuando hace apenas unos años solo le daba al banco dolores de cabeza. Y es que su filial británica le generó más de 500 millones de pérdidas desde su adquisición en 2015, una operación que lideró en entonces CEO, Jaime Guardiola, y hasta el 2020.
Fueron unos años complicados marcados por el Brexit y sobre todo, los problemas de la migración tecnológica. Durante unos días, los clientes no pudieron realizar pagos, entrar en sus cuentas ni comunicarse con el banco, algunos datos incluso quedaron al descubierto. Por este motivo, TSB recibió una multa de 55 millones el año 2022, momento en el que se dio por cerrado el fatídico capítulo de la migración.
Durante todos esos ejercicios el Sabadell se planteó en varias ocasiones su venta, pero no siguió adelante porque las ofertas que recibió eran muy bajas. La situación de TSB empezó a mejorar en el año 2021, cuando la franquicia empezó a ganar dinero y a aportar buena parte de los resultados al grupo. De hecho, en el primer trimestre de este 2025, TSB aportó a las cuentas del grupo 94 millones de euros de los 489 millones que el banco ganó hasta marzo.
Y el año pasado (en 2024) contribuyó con otros 253 millones de euros pese a realizar un plan de reducción de costes y mejora de eficiencia, que mejorarán las cuentas del banco este año. De hecho, las previsiones del Sabadell son que TSB alcance este ejercicio un beneficio récord de casi 300 millones. La mejora de los resultados en 2023 y 2024 también despertó el interés de algunas entidades en Reino Unido, que hicieron ofertas al banco catalán de más de 1.200 millones por la filial. Pero de nuevo, el consejo del banco las rechazó porque creían que su valor era mayor.
Y así se ha visto con las ofertas actuales. En los últimos días ha trascendido que al Sabadell le estaban ofreciendo entre 2.700 millones y 3.000 millones por TSB, unos precios que duplican a los de hace solo unos años. Finalmente, la venta se ha cerrado a Santander UK por un mínimo de 3.000 millones que puede llegar a más de 3.300 millones.
TSB, el salvavidas
El consejo del Sabadell se reunió el martes para analizar las ofertes vinculantes que había recibido por TSB de Barclays y Santander, decantándose por la segunda. El banco dará más detalles de la operación este mismo miércoles y ya no lo incluirá en el plan estratégico que presentará el próximo 24 de julio en Barcelona, un día en el que también presentará los resultados del primer semestre del 2025.
La venta de TSB, no obstante, necesita la aprobación de los accionistas del Sabadell al encontrarse en medio de la opa hostil del BBVA y se ha convocado para el próximo 6 de agosto. Los tiempos van a coincidir, a priori, con el inicio del plazo de aceptación de la opa. Aunque el banco que preside Carlos Torres tendrá que decidir qué calendario le viene mejor. Agosto es un mes de vacaciones y conseguir movilizar a los accionistas es difícil.
Pero la venta, en cualquier caso, complica la operación del BBVA y así lo ven también el mercado que esperaba una mejora del precio en la oferta de canje a los accionistas del Sabadell que ahora, sin TSB, se torna complicado. Está por ver cuáles son los siguientes pasos del banco vasco. De momento, TSB se ha convertido en el salvavidas del catalán.