El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, ha negado rotundamente que Donald Trump y su administración planeen adquirir una participación accionarial en la tecnológica Nvidia, tras el controvertido acuerdo alcanzado la semana pasada para inyectar capital y tomar una participación del 10% en el fabricante de chips Intel.
En declaraciones a la cadena Fox Business, Bessent ha justificado la diferencia de trato argumentando cuestiones de necesidad estratégica. "No creo que Nvidia necesite apoyo financiero, así que eso no parece estar sobre la mesa ahora mismo", afirmó el alto cargo, cerrando así la puerta a una medida que había generado especulación en los mercados.
Sin embargo, Bessent ha dejado claro que la operación con Intel no es un caso aislado, sino la punta de lanza de una nueva estrategia económica de carácter intervencionista. El secretario del Tesoro ha abierto expresamente la puerta a que el gobierno federal repita operaciones similares con empresas de otros sectores considerados críticos, mencionando de forma explícita la industria de la construcción naval.
Bessent desgranó la filosofía que impulsa esta nueva política, bautizada por algunos analistas como "capitalismo estratégico". El objetivo, según ha explicado, es sanear "entre cinco y siete vulnerabilidades estratégicas en industrias críticas" que la pandemia del Covid-19 puso de manifiesto. "Podría haber cosas así, son industrias críticas en las que debemos ser autosuficientes en Estados Unidos", defendió Bessent, argumentando que una de las lecciones aprendidas fue la excesiva dependencia del exterior.
Puso como ejemplo el sector farmacéutico: "El 80% o 90% de los precursores de productos farmacéuticos se fabrican en el extranjero, como vimos durante la Covid, los países fabricantes se lo quedarán para sí mismos". El secretario del Tesoro ha combinado el argumento de la seguridad nacional con el de la rentabilidad fiscal, insistiendo en que el presidente Trump está centrado en "la reducción de los riesgos´, al tiempo que se consigue un beneficio para el contribuyente estadounidense".
Críticas veladas a Boeing y una advertencia a la industria de defensa
Sin llegar a confirmar los comentarios del secretario de Comercio, Howard Lutnick, sobre una posible entrada en contratistas de defensa, Bessent ha lanzado un serio aviso al sector. Ha criticado abiertamente a Boeing como ejemplo de mala gestión, insinuando que la compañía aeronáutica "en lugar de invertir dinero en I+D y en el desarrollo de nuevos aviones, se ha paralizado", dañando así una de las grandes empresas estadounidenses. Sus declaraciones sugieren que cualquier futura intervención gubernamental vendrá condicionada al rendimiento y la eficiencia de las empresas, incluso en sectores tradicionalmente blindados como el de la defensa.
El máximo responsable del Tesoro también se refirió al sector de los semiconductores, el epicentro de la guerra tecnológica entre Estados Unidos y China. Bessent recordó que "el 99% de los chips avanzados del mundo se fabrican en Taiwán", una situación que ha calificado de "inconcebible" por el enorme riesgo que representa para la seguridad nacional y por el fracaso de administraciones anteriores en abordarlo.
Finalmente, Bessent ha elevado el tono para enmarcar esta estrategia no como una política más, sino como el legado definitorio de la presidencia de Trump, lanzando una promesa contundente: "Hay un grupo de nosotros en esta Administración, liderado por el presidente Trump, que creemos que si dejamos el cargo en enero de 2029 y no hemos reducido el riesgo de la economía estadounidense, entonces habremos fracasado, y no vamos a fracasar".