El complejo industrial de Seat en Martorell ha tendido literalmente su pasarela al futuro. La compañía ha culminado la construcción de un puente automatizado de 600 metros que conecta, de forma directa y autónoma, su nueva planta de ensamblaje de celdas de baterías con la línea de montaje de vehículos. Esta obra de ingeniería, ya finalizada estructuralmente, es la columna vertebral del ambicioso plan de electrificación del grupo y el último gran paso físico para que la fábrica barcelonesa, la más grande de España, comience a producir coches eléctricos a principios de 2026.

El consejero delegado interino de Seat y Cupra, Markus Haupt, confirmó el hito durante su participación en el Salón IAA Mobility de Múnich. "El puente ya ha conectado la fábrica de baterías con el taller de montaje. La estructura está acabada", afirma. Los trabajos restantes se centran ahora en la fase de automatización y en la instalación de los transportadores que llevarán las baterías, el corazón del vehículo eléctrico, directamente a la cadena de producción.

La nueva planta de baterías, situada en una de las cotas más altas del polígono de Martorell, representa una inversión de 300 millones de euros. Está diseñada para tener una capacidad de producción de 1.400 conjuntos de baterías al día, lo que equivale a una unidad cada 39 segundos. Inicialmente, recibirá celdas procedentes de la planta de Salzgitter (Alemania) del Grupo Volkswagen, aunque su propósito a medio plazo es abastecerse de la gigafactoría que Volkswagen está construyendo en Sagunto (Valencia), un proyecto estratégico para toda la región sur de Europa.

El puente comenzará a operar este mismo año, alimentando la fase de preseries y preparación. Los primeros modelos que recorrerán la línea de montaje electrificada serán el Cupra Raval, el vehículo urbano de cuatro metros y estética deportiva presentado en Múnich, y el esperado Volkswagen ID. Polo, el eléctrico asequible de la marca alemana. La producción en serie del Raval está programada para el primer trimestre de 2026, mientras que el ID. Polo seguirá sus pasos en el primer semestre del mismo año. Haupt se mostró contundente respecto al estado del proyecto: "Todo está listo. La transformación va en timings. Toda la instalación industrial asociada a la electrificación está prácticamente acabada. El puente es la última pieza".

Las declaraciones de Haupt también sirvieron para abordar la situación del grupo, que vive una dualidad marcada. Mientras Cupra se consolida como "una historia de éxito" y la marca de más crecimiento en Europa, Seat ha visto descender sus ventas, en parte por el cese de la producción del Tarraco. Haupt restó dramatismo: "Es natural que Seat tenga algo menos de volumen", argumentando que ambas marcas, aunque dirigidas a públicos distintos, "se complementan perfectamente".

Pese a que los aranceles europeos al Cupra Tavascán (fabricado en China) impactaron con dureza en el beneficio operativo del primer semestre (38 millones, un 90,6% menos), la dirección confía en que la segunda parte del año mejore, impulsada por el momento de Cupra y la próxima revolución eléctrica que ya tiene puente en Martorell.