La ley de movilidad sostenible aprobada con enmiendas este jueves en el Congreso tenía como uno de sus puntos principales la eliminación de vuelos que cuenten con alternativas ferroviarias de menos de dos horas y media. Pero, en la práctica, el redactado de la ley puede hacer que la normativa se quede en papel mojado, porque los condicionantes que existen pueden hacer que ningún trayecto ni aeropuerto se vea afectado.
De entrada, la eliminación de vuelos no será inmediata con la entrada en vigor de la ley y su publicación en el Boletín Oficial del Estado (B.O.E). Primero, tal como prevé el texto, "el ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible estudiará desde un punto de vista técnico si la racionalización del uso de los vuelos mencionados (...) podría ser una medida que, de una forma efectiva, permita reducir emisiones del tipo aéreo, analizando, también, otros posibles impactos de la medida".
En un período de seis meses desde la aprobación de la ley, dice, el gobierno español presentará un estudio sobre los impactos económicos y ambientales de la medida. Pero, además, el texto establece que el ministerio "impulsará la reducción de los vuelos domésticos en aquellas rutas en las que exista una alternativa ferroviaria con una duración menor de dos horas y media, salvo en casos de conexión con aeropuertos que enlacen con rutas internacionales". Como todos los vuelos con alternativas en tren de menos de dos horas pasan por los aeropuertos de Madrid y Barcelona, todos los trayectos podrían salvarse de la eliminación. Habrá que ver si, al menos, se reduce la cantidad.
Solo dos trayectos en el punto de mira
El principal vuelo que podría verse afectado es el puente aéreo Barcelona-Madrid, que tiene más de 15.000 vuelos anuales y 2 millones y medio de pasajeros cada año. Se da la particularidad de que, desde el pasado mes de marzo, unas obras de Adif hacen que el trayecto sea de al menos 2 horas y 37 minutos, 7 minutos más de los habituales 2h30 de media y que, por lo tanto, hoy en día no existe esta alternativa de menos de dos horas y media por siete minutos de diferencia. Una vez acabada esta obra, el tiempo de media sí que entra en la horquilla que podría verse amenazada. Pero habrá que ver si el estudio económico, ambiental y que valora las conexiones internacionales, permite eliminar la ruta o al menos reducir la cantidad de vuelos.
En el año 2023, Ecologistas en Acción realizó un estudio de impacto de esta medida. Incorporaba los vuelos entre Barcelona y Valencia porque se valoraba la hipótesis de que la eliminación afectara también a trenes de menos de 4 horas. El trayecto en tren es de más de tres horas actualmente y, por lo tanto, el vuelo no se vería afectado por la nueva ley.
Los 7 minutos que salvan Madrid-Sevilla y los 12 de Madrid-Málaga
Más allá de Barcelona-Madrid y Barcelona-Valencia, las rutas estudiadas eran Madrid-Valencia (2 horas y 4 minutos), Madrid-Málaga (2h42 minutos, podría quedar fuera por 12 minutos), Madrid-Pamplona (también con vuelos de más de 3 horas), Madrid-Sevilla (con 2h37 minutos sin las obras que ahora hacen que tarde unos minutos más, podría quedar fuera por 7 minutos), Madrid-Santiago de Compostela (3h16 minutos), Madrid-La Coruña (3h56 minutos), Madrid-Granada (3h10) y Madrid-Logroño (4h04 minutos). Con la reducción de 4 horas a dos horas y media, los vuelos afectados se reducen a Barcelona-Madrid y Madrid-Valencia, con las rutas entre Madrid y Sevilla y Madrid y Málaga salvadas por pocos minutos. Pero si a esto añadimos los casos en que hay conexión internacional, la eliminación de vuelos podría ser cero.
El Ministerio de Transportes no ha respondido a la pregunta de ON ECONOMIA sobre cómo se aplicará esta ley en la posible eliminación de los vuelos, mientras que fuentes del sector aéreo prefieren esperar al estudio de impacto.