El expresidente de Celsa, Francesc Rubiralta, ha asegurado este lunes que los antiguos accionistas de la siderúrgica no sacaron "ni un euro" del crédito intragrupo, por importe de 504,55 millones de euros, cuyo cobro reclaman los actuales propietarios de Celsa a su antiguo administrador, que ha alegado que ese dinero se reinvirtió "al 100%" en el grupo Celsa.
Este lunes se ha celebrado en el juzgado mercantil número 5 de Barcelona el juicio por la demanda interpuesta por Inversiones Pico Espadas, una sociedad holding del Grupo Celsa, contra su antiguo administrador, al que acusan de conductas contrarias a su deber, en particular por no declarar vencido ni tampoco reclamar, entre 2020 y 2022, el pago de este crédito intragrupo por ese importe.
El origen de la demanda son unos préstamos concedidos por una sociedad del grupo Pico Espadas a empresas patrimoniales de los Rubiralta. La siderúrgica Celsa es propiedad de un grupo de fondos desde septiembre de 2023, cuando la justicia avaló que los acreedores de la compañía sustituyeran a la familia Rubiralta en la propiedad, al convertir su deuda en capital.
Y en una Junta de Accionistas celebrada en junio de 2024, Celsa acordó emprender acciones legales contra Rubiralta para hacer lo posible para recuperar estos préstamos. Celsa consideraba que esos más de 500 millones son incobrables, ya que las sociedades patrimoniales no tienen activos y están en liquidación, y por eso presentó la demanda.
A preguntas tanto de sus abogados como de la parte demandante, Rubiralta ha argumentado que él se hizo cargo de Celsa como presidente y consejero delegado a finales de 2010, y que entre 2006 y 2009, cuando se originó este crédito objeto de la demanda, él estaba en el Reino Unido.
Rubiralta: No se reclamó el pago de ese crédito
Rubiralta ha asegurado que los acreedores financieros del grupo "no reclamaron" el pago de este crédito ni en 2010, cuando se prorrogó, ni en 2013, cuando se acordó una refinanciación de deuda, ni tampoco en 2017, cuando se pactó una nueva refinanciación del pasivo del grupo. "Se me reprocha algo que los acreedores podrían haber hecho perfectamente", ha dicho.
Ha aclarado que a partir de entonces, el crédito pasó de la sociedad Barna Steel a una sociedad del grupo Pico Espadas. Tanto las sociedades patrimoniales de la familia Rubiralta como la sociedad del Grupo Pico Espadas, que es una sociedad instrumental creada entre los propietarios y las sociedades operativas de la siderúrgica, tenían como activos las acciones del Grupo Celsa, y Rubiralta ha dicho que los acreedores tampoco reclamaron responder con las acciones de Celsa al pago de ese crédito.
"Se reinvirtió todo en el Grupo Celsa. Los accionistas no han sacado ni un euro", ha asegurado Rubiralta, que ha afirmado que entiende que ese crédito intragrupo no se reclamó porque en aquellos años "el foco estaba en resolver la deuda financiera del grupo". En las primeras refinanciaciones de deuda los acreedores eran principalmente bancos españoles, pero en 2022 los fondos entraron en Celsa, al adquirir deuda de la compañía a un grupo de entidades financieras españolas.
El abogado de los actuales propietarios de Celsa ha asegurado que, pese a que el crédito intragrupo no se devolvió, Barna Steel sí que repagó en 2022 un crédito de unos 22 millones de euros a una sociedad vinculada a la madre de Francesc Rubiralta. Al respecto, Rubiralta ha aclarado que ese crédito se devolvió porque había que "cumplir el contrato" firmado con esa sociedad para financiar el circulante de la compañía.
En su defensa, Rubiralta ha asegurado que entre 2020 y 2022 Celsa estaba centrada en atender las urgencias creadas por la covid y que aunque entre 2017 y 2020 la siderúrgica cumplió con sus obligaciones de pagos, luego la covid paralizó la actividad, por lo que pidió ayuda pública para financiar el circulante.
Durante la sesión, también ha declarado como testigo Manuel Martínez-Fidalgo, asesor financiero de los acreedores y ahora de Celsa, reocge EFE. Ha explicado que los fondos, al tomar el control de Celsa, pidieron una reunión con responsables de la compañía para que les explicaran el origen de ese préstamo y que al repasar los asientos contables que dieron origen al préstamo figuraban unos 120 millones para dividendos o bien 60 millones destinados a recompra de acciones.
Martínez-Fidalgo ha asegurado que los fondos no asumieron que el crédito no se fuera a repagar.
Borrado de información
El abogado de los demandantes también ha preguntado a Rubiralta por un supuesto borrado de información sensible de la compañía antes de la llegada de los fondos y este ha negado que esa información se hubiera eliminado.
Sin embargo, una perito que también ha comparecido como testigo en el juicio ha asegurado que hubo un proceso de borrado de información "sensible" relacionada con Francesc Rubiralta y otros directivos, y ha descartado que se hiciera como consecuencia de un ciberataque.
Por su parte, el exdirectivo de Celsa, Francesc Mesegué, ahora jubilado, ha comentado que los fondos acreedores nunca intentaron la ejecución de ese crédito de más de 500 millones y que tampoco "procedía" reclamarlo porque se correspondía con un "tema histórico", ha dicho.