Celsa comunicó este viernes el nombramiento de Rafael Villaseca Marco como nuevo presidente de este grupo siderúrgico aunque sin poderes ejecutivos. Villaseca representa a los nuevos propietarios, a los fondos acreedores que instaron el concurso y el pleito judicial mediante el que consiguieron echar a los Rubiralta, la familia fundadora.

Esta será la segunda etapa de Villaseca en Celsa. A finales de los ochenta, este directivo barcelonés ejerció de consejero delegado de Nueva Montaña Quijano (actualmente, Global Steel Wire), poco después de que esta siderurgia cántabra se incorporase a Celsa. Se encargó de su reestructuración. Entonces, Villaseva era uno de los hombres de confianza de Francesc Rubiralta Vilaseca, fallecido en 2010, que junto a su hermano Josep Maria fundaron Celsa en 1967. Treinta años después de trabajar para los Rubiralta, Villaseca ocupa su puesto en la presidencia de la compañía.

Villaseca, de 72 años, se ha pasado la vida dirigiendo empresas. En estos momentos, aún aparece como miembro de los consejos de administración de Cementos Molins y Vida Caixa, así como presidente de la Fundación Naturgy. Precisamente, fue consejero delegado de Gas Natural (actualmente, Naturgy) hasta que, en 2018, fue reemplazado por Francisco Reynés. A raíz de su cese como primer ejecutivo, se le relegó a dirigir la fundación.

En unas declaraciones recogidas por Executive Excellence hace una década, Villaseca reconoció que es un ingeniero industrial que nunca ha ejercido como tal aunque ha aplicado lo que aprendió en la carrera a su trabajo de “dirigir empresas”. Y las ha dirigido en sectores muy diversos.

Su primer destino profesional fue en la papelera Inpacsa como adjunto al consejero delegado. También se dedicó en diversas etapas de su vida al sector de las obras públicas –fue presidente de Gestión de Infraestructuras– y, especialmente, a los peajes –presidió Tabasa y Túnel del Cadí–.

También estuvo al frente de la tecnológica Inisel, que a raíz de su fusión con Ceselsa en 1992 dio origen a la actual Indra. Inisel era una compañía de capital mixto, participada por el desaparecido Instituto Nacional de Industria (ahora, SEPI).

Y fue consejero y director general de Panrico, el fabricante de pan de molde y de los Donuts, cuando la familia Costafreda aún controlaba este grupo.

Pero llegó a la cima como primer ejecutivo de Naturgy cuando todavía se llamaba Gas Natural Fenosa. En función de este cargo, ocupó diversos puestos en consejos de administración entre los que destaca el de Enagás.

En el ámbito de las entidades, todavía forma parte del consejo consultivo de la patronal Foment del Treball y del capítulo español del Club de Roma. Anteriormente presidió la Asociación de Antiguos Alumnos del IESE y el Club Español de la Energía. También formó parte de la junta del Cercle d’Economia.

Función institucional

El cargo de presidente de Celsa le llega en la etapa final de su vida profesional. Su función será institucional. Como primer ejecutivo, los nuevos propietarios han designado a Jordi Cazorla, que tomará el mando el próximo enero en calidad de consejero delegado.

Profesionales que han trabajado a las órdenes de Villaseca indican que tras su manto de “discreción” se esconde un directivo al que no tiembla el pulso. Poco dado a las declaraciones públicas, indican que es sumamente hábil en las distancias cortas. Siempre ha evitado posicionarse en política.

De sus hobbies, apuntan que es un amante de la música clásica aunque ahora cuesta verle en los conciertos. En sus tiempos de primer ejecutivo de Gas Natural, era uno de los habituales, junto a su esposa, del Liceu, el Palau de la Música y de las sesiones de los sábados del Auditori.