Enagás ha logrado una remontada financiera en el transcurso de un año. De acuerdo con los datos presentados este martes, la compañía que dirige Arturo Gonzalo ha registrado un beneficio neto de 262,8 millones de euros entre enero y septiembre de 2025, una cifra que contrasta vivamente con las pérdidas de 130,2 millones de euros que acumuló en el mismo periodo del ejercicio anterior. Esta inversión de tendencia pone de relieve una compañía en proceso de transformación, que ha dejado atrás los problemas del pasado y mira con optimismo hacia el futuro inmediato.

La explicación de esta mejora radical se encuentra, en parte, en los movimientos corporativos realizados. En 2024, los resultados se vieron gravemente afectados por las minusvalías generadas por la venta de su participación en la estadounidense Tallgrass Energy. Este año, sin embargo, el viento ha soplado a favor. Las cuentas del grupo incluyen el impacto positivo de las plusvalías de la venta de activos como Soto la Marina (5,1 millones de euros) y Sercomgas (9,6 millones de euros).

Sin embargo, para entender la salud real de la empresa, los analistas suelen fijarse en el denominado "beneficio recurrente". Esta métrica, que excluye los efectos extraordinarios de las ventas de activos, se situó en 206,9 millones de euros. Aunque esta cifra representa un descenso del 11,4% respecto a los 233,5 millones del año pasado, refleja el rendimiento de la actividad central de la empresa en un contexto de transición energética.

Los ingresos del grupo alcanzaron los 711,2 millones de euros, con un incremento del 6,9% respecto a los nueve primeros meses de 2024. Esta subida, sin embargo, no se tradujo íntegramente en el resultado bruto de explotación (Ebitda), que experimentó un retroceso del 11,7%, situándose en 505,9 millones de euros. Esta divergencia sugiere la existencia de presiones en los costes o inversiones que aún no han madurado.

Uno de los puntos fuertes del informe es la robustez financiera que exhibe Enagás. Los fondos procedentes de operaciones (FFO), un indicador clave de la capacidad de generar efectivo, alcanzaron los 463,0 millones de euros. De estos, 117,3 millones provienen de dividendos de sus filiales, un hecho que subraya el valor de su cartera de inversiones. La compañía dispone de una posición de liquidez muy fuerte, de 2.703 millones de euros, un colchón que le ofrece un margen de maniobra considerable para afrontar sus planes de inversión. Paralelamente, la deuda neta bajó hasta los 2.347 millones de euros, 57 millones menos que al final de 2024. Además, la compañía ha conseguido refinanciar parte de su deuda a un coste más bajo, pasando de un 2,7% el año pasado a un 2,2% actual, aliviando así su carga financiera.

Con estos resultados, la alta dirección de Enagás se muestra confiada en alcanzar las metas marcadas para 2025. El objetivo es cerrar el año con un beneficio recurrente después de impuestos de unos 265 millones de euros, un Ebitda alrededor de los 670 millones y una deuda neta cercana a los 2.400 millones. Además, la compañía ha reafirmado su compromiso de retribuir a los accionistas con un dividendo de 1 euro por acción. Más allá de los números, el verdadero núcleo de la presentación de los resultados fue el progreso en la estrategia 2025-2030, que tiene como eje central el desarrollo del hidrógeno verde. Enagás no se limita a gestionar infraestructuras de gas; aspira a ser el artífice de la futura red energética de España y Europa.

Los avances en este campo son notables. La Red Troncal Española de Hidrógeno y el corredor H2med (el primer gran conducto de hidrógeno verde europeo, que conectará la Península Ibérica con el centro de Europa) han recibido un impulso decisivo. A finales de septiembre, la Alianza H2med sumó 40 nuevos miembros, llegando a un total de 49, un hecho que demuestra el gran interés industrial en el proyecto. El reconocimiento europeo ha sido inmediato: Bruselas ha incluido estos dos proyectos entre las ocho 'Autopistas Energéticas' ('Energy Highways') prioritarias para la UE.

El apoyo financiero también es una realidad. Enagás recibió 32,5 millones de euros de los fondos CEF de la Unión Europea para financiar los estudios y la ingeniería de estas macroinfraestructuras. A nivel interno, el Plan Conceptual de Participación Pública ya se ha desplegado en seis comunidades autónomas y más de 150 municipios, buscando la integración social del proyecto. La compañía ya está trabajando con seis ingenierías españolas y ha iniciado los procedimientos para la selección de proveedores de tubos, válvulas y equipos, con el objetivo inequívoco de comenzar la construcción en los plazos previstos.

El camino, sin embargo, no está exento de retos. En el ámbito regulatorio, Enagás ha presentado alegaciones a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) sobre la propuesta de Tasa de Retribución Financiera (TRF) para las actividades de regasificación y transporte de gas. La compañía considera que la tasa propuesta del 6,4% se queda por debajo del mínimo que ellos habían proyectado a partir de 2027, lo cual podría impactar la rentabilidad futura de sus inversiones.

Por otro lado, el Tribunal Supremo le dio la razón en una reclamación por proyectos en las Islas Canarias, otorgándole una indemnización de unos 20 millones de euros. Asimismo, la empresa completó la adquisición del 51% restante de la operadora de telecomunicaciones Axent por 37,5 millones, una jugada estratégica que le permitirá controlar totalmente este activo y que generará una plusvalía contable de unos 15 millones.

Enagás presenta sus cuentas de los nueve primeros meses de 2025 como la prueba de que ha superado el peor tramo del cambio de modelo. La recuperación de los beneficios, el saneamiento del balance y el avance tangible en sus proyectos estrella de hidrógeno verde le permiten mirar a los próximos meses con determinación. La compañía se encuentra en una encrucijada, pivotando desde la gestión de una red de gasoductos tradicionales hacia la construcción de las infraestructuras que deben permitir la descarbonización de la economía. Su relanzamiento está en marcha, pero su éxito definitivo dependerá de su capacidad para ejecutar una transición tan ambiciosa como compleja.